12/10/09

Capítulo 14.-Propuesta Capítulo 15.-Lluvia de estrellas

ADVERTENCIA: esta novela no es mia,, yo nola escribi ok,, aki no hay nada de vampiros licantropos ni nada de eso,, todos son humanosy lo mas importante tiene algunas partes puessubidas de tono XD asi ke ustedes saben si la leen o no ok bueno espero ke les guste


Capítulo 14.-Propuesta
Y allí estaba yo, haciendo disfrutar a Edward con mi boca. Tenia esta en su miembro, haciendo que Edward gimiera y apretase las sabanas de la cama son sus manos. Sabía que le estaba gustando y aquello me calentó a mi, cosa que él percibió, ya que me apartó de él. Continuo tumbado, pero me coloco de tal forma, que me quede sentada, con mi sexo expuesto, encima de su cara. Aquel gesto me encanto y más cuando note su lengua por todo mi sexo húmedo y palpitante.No aguante mucho más así que me aparte y me senté encima de él y de su sexo. Gimió y dijo mi nombre con verdadero sonido de placer. Veía su cara y me encanta ver como le hacia disfrutar. Note que a ninguno de los dos nos quedaba mucho, pero antes de eso, Edward me cogió y me giro, quedando yo debajo y el arriba, embistiendo fuertemente y cada vez más rápido. Sus gemidos quedaban en el hueco de mi garganta y los míos más que gemidos eran gritos. Seguro que Alice y Jasper ya no estarían en casa.Finalmente Edward cogió, hincando sus uñas en mi cadera, y dio su última embestida con un grito, seguido del mio final. Se aparto de encima de mi y acabamos los dos tumbados boca arriba, intentando controlar nuestra respiración, pulsación y todo nuestro ser. Después me salió una sonrisa al pensar en que había hecho caer en mis redes de seducción a Edward.-¿De qué te ríes?-me dijo Edward después de deshacer completamente la cama y echarnos el nórdico por encima. Se quedo abrazado a mi y yo con mi cabeza en su pecho.-De que te tenías que ir pronto.-mire el reloj y ya marcaban las once de la noche.- Y mira que hora es.-Es que tienes unos encantos que me hacen perder la cordura.-me dio un beso fugaz.- Pero ya que estoy, voy a llamar a mi madre y le voy a decir que me quedo contigo.- se apretó más a mi.- Y paso contigo la noche.Me reí y le dije que si, que me encantaba la idea, pero no prometía solo dormir. Pero me recordó que Alica y Jasper también tenían que dormir.-¿Te puedo hacer una pregunta?.-le dije cuando volvió del baño y ambos nos vestimos, yo con mi pijama y él con sus boxers.-Claro, todas las que quieras.-me dio un beso-¿Qué era eso de problemas de chicos?Empezó a reírse sin cortarse un pelo, hasta que se dio cuenta de que yo le estaba mirando con cara seria.-Vale, vale.- se levanto y apoyo su codo en la cama, mirándome.- A ver, como te lo digo.-se volvió a reír y se cara cambió a color sonrojado.- Hace algún tiempo que no tenia sexo con nadie y bueno...empece a sentir dolores en mis partes.-dijo escondiendo la cabeza.- Sobre todo en los dos pares de abajo, fui a mi madre al médico y me dijo que solo era por la razón que yo tenía. Falta de sexoAhora la que empezó a reírse fui yo, pero me besó y me olvide de todo, solo me rendí ante su beso.-¿Y ya no te duele?.-dije mientras le acariciaba aquello que había nombrado.Me negó con la cabeza, mientras sonreía.Ahí zanjamos el tema, estuvimos jugando un rato más hasta que quedamos dormidos uno en los brazos del otro.Al día siguiente, la noticia de que Edward y yo estábamos juntos corrió por toda la academia más rápido que la velocidad de la luz. Su prima Rosalie vino a felicitarme por haber conseguido lo que no había hecho una chica nunca. Ese día, nos sentamos los cuatro juntos y me estuvo contando cosas sobre Edward, mientras el escuchaba e intentaba que Rosalie no le pusiera por los suelos. Me contó que era bastante mujeriego, pero que dejo esa vida, porque se cansó y quería encontrar a alguien que de verdad le importara. Aquello hizo que me pusiera sonrojada y más cuando después, mientras Edward y yo bailábamos, me confesó que yo era esa persona importante que quería conseguir.-Te quiero.-me dijo cuando terminamos de bailar, en el suelo, susurrándome al oído.Le sonreí y me miro, le dije te quiero, sin hacer sonido alguno con los labios, solo le permití que los leyera. Me dio un beso, compartiendo nuestra sonrisa.Pasado un tiempo, Edward y yo estábamos muy bien juntos, más que bien. Y un viernes, me dio una sorpresa que me deje clavada en el asiento del copiloto.-¿Te apetece venir este fin de semana a casa?.-me dijo cuando salíamos de la academia abrazados y él agarrándome para que no me cayera por el hielo que había en la calle.-¡Sí!.-dije saltando y gracias a que estaba agarrada de Edward que no me caí.- Y así bailamos en tu sala de baile.-No.-dijo cuando subíamos al coche.-Es para conocer a mis padres



Capítulo 15.-Lluvia de estrellas
Y ahí estaba yo, en el garaje de su coche, convenciéndome para que me calmara y además, ese día me había levantado con el pie izquierdo y nada más ver a Edward, que por cierto,
iba demasiado apetecible, y me había tropezado con mis propios pies, que Alice le había puesto unos tacones dolorosos y que atentaba contra mi equilibrio. Después, además de por mis nervios, cogí los discos de Edward del coche y me puse a mirarlos, sin darme cuenta que al pasar tan rápido las paginas del portacd's estaba tirándolos al suelo. No se enfado conmigo pero vi que ponía una cara de pánico, ya que ahora tendría que volver a poner toda la música en orden de preferencia. -Bella, por favor, tranquilizate.-me dijo cuando me quede sentada en el coche y él vino a mi parte a ayudarme a salir del coche.- No son unos reyes ni nada, son más normales de lo que tu te crees a pesar de tanta extravagancia.-¿Pero y si no les caigo bien?-dije atropelladamente.- Seguro que ellos prefieren a alguien como tu prima y alguna de las hijas de sus amigos.-¿Tu estas tontas?.-me dijo acariciándome las piernas, que llevaba descubiertas debido a que Alice había elegido un vestido para que llevara a la gran cita.- Vamos anda, que estas preciosa.Me cogió y me levanto del coche y entramos en su casa, por la puerta que no entramos el otro día y me llevo agarrada por la cintura. Antes de llegar al salón, donde se oía bastante jaleo, me frene en seco frente a un espejo. Me quite la chaqueta y allí estaba yo, con el vestido que Alice había elegido para mi.
Era de escote palabra de honor, ajustado hasta la cintura y de ahí, iba hasta la rodilla suelto, era así como con mucho vuelo, de color azul, que se que le gustaba a Edward. Además llevaba unos zapatos peep toes del mismo color que el vestido.Cuando Edward arrastró de mi, no se dio cuenta de que yo perdí mi equilibrio y tuve que agarrarme fuertemente de él, y sin darme cuenta que nos habíamos quedado muy pegados delante de toda la familia.-Hola a todos.-dijo Edward con toda la naturalidad del mundo. Entro en el comedor y yo fui detrás, agarrado de su mano.- Mama, papa, tito, tía.-los saludo a todos con la mano.- Esta es Bella.-Hola-dije dando un paso delante y tambaleándome, pero logrando mantener la postura.-Bella, esta es mi madre, Esme.-se levanto y se acercó a mi, muy feliz.-Encantada de conocerte, no sabes que pesado se ha vuelto Edward.-¡Mama!.-dijo avergonzado y aquello me gusto.-Pero tiene toda la razón del mundo. Eres muy guapa y es normal que le hayas robado el corazón.Esme era una madre, como su hijo, increíblemente perfecta. Se le veía bastante joven y se mantenía muy bien. Un buen cuerpo y una buena cara. Una cabellera castaña oscura con rizos que le caían por los hombros.-Encantado Bella, soy el doctor Cullen, pero para ti solo Carlisle.-dijo dándome la mano.Otro que tal, tenia una cabellera rubia y también se mantenía muy bien.
Edward no había sacado los ojos de ninguno de los dos, pero si tenía los mismos ojos que su tío que me presento después y también a su tía. Eran los padres de Rosalie y ella era exactamente igual a su madre.-¿No han venido Rosalie y Emmett?.-dijo Edward cuando íbamos dirección las escaleras para subir a su piso.-Si claro.-dijo su madre sonriendo.- Estarán arriba, en tu cuarto. Como siempre poniendo todo patas arribas. Después recogesSubimos corriendo las escaleras y Edward me cogió al vuelo, como un bebé riéndose de mi torpeza con los tacones. Cuando llegamos al final del pasillo, Edward me soltó para subir a su piso, en el que se oía un gran jaleo de coches y música.-¿Qué es eso?Cuando subimos, vi que delante de la cama de Edward había una gran pantalla de plasma y Emmett estaba saltando encima de la cama con un mando de videoconsola jugando como un loco a un juego de coches. Mientras Rosalie estaba sentada en su escritorio con el ordenador-¡¿PORQUÉ?!-dijo Edward dramatizando en el suelo.- ¿Porque, Dios mio, me diste esta prima y este cateto como amigos?Emmett le tiro un cojín a la cabeza, mientras Rosalie sonreía-Como se nota que tienes una prima actriz.-Si, no como yo.-dije sentándome en la cama y quitándome los zapatos. Eche hacía atras el culo y me quede sentada en la cama de Edward apoyando la espalda al cabecero. Mientras Edward me mandaba un beso volado y cogía otro mando para jugar.
Aquella prometía ser una tarde aburrida, pero de la noche no pude decir lo mismo.Cuando por fin Rosalie arrastró a Emmett de la habitación, Edward me dijo que tenia una sorpresa para mi. Cogió un mando y con él, oculto la televisión bajo su cama.-Estas tu muy mimado.-le dije seriamente.- Arrogante.-¿Ahora vuelvo a ser arrogante?.-me dijo cogiendo una cuerda del techo, estirando de ella y haciendo que salieran una escaleras hasta el suelo.- Ya te enseñare el coche que quieres ver. ¿Me acompañas?Estaba en el primer escalón de esas escaleras y me tendía la mano, que cogí con mucho gusto. No me puse los zapatos ya que no quería romper ese momento, pero fue inevitable, cuando me dí un cabeza contra el techo.Una vez que estaba arriba, aquello era precioso. Era una buhardilla de verdad, todo de madera, precioso y además tenia una amplia ventana, donde se veía todo el cielo, oscuro y estrellado-Es precioso Edward.-le dije a Edward que se había desaparecido un momento y volvió con dos copas de cava.-Aquí lo bello eres tu.- me dijo brindando.- Espero a que estés dispuesta a pasar una noche romántica.Por supuesto, pensé y más cuando vi que en el suelo, Edward tenia una manta, una botella de cava y un pequeño pic-nic en su buhardilla. Cada día me enamoraba más.Nos sentamos en la manta, de tal forma que yo quedaba entre las piernas de Edward, los dos mirando el cielo.
-¿Sabes que hoy hay lluvia de estrellas? Menos mal que no esta nublado.-dijo mientras me daba una fresa con nata.- Si no, no habríamos visto nada.A medida que pasaba la noche, el cielo se iba llenando de estrellas fugaces y los dos peleábamos con quién la había visto primero. Estuvimos así, hasta que nos quedamos completamente tumbados, yo apoyando mi cabeza en su pecho, nos quedamos en silencio y yo me deje llevar a los brazos de Morfeo.
continuara...

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