24/10/09

Capítulo 27.-En sus brazos Capítulo 28.-Reconciliación

Capítulo 27.-En sus brazos

Me lo temía. Me temía el que debíamos hacer. Nos dijeron que eramos los protagonistas del baile y que debíamos ser una pareja de morbosos que se graban en video. Además a aquello, no ayudaba nada como habían vestido y peinado a Edward. También iba de negro, muy sexy y le habían arreglado el cabello para que se quedara tieso hacia arriba. Cuando nos explicaron que debíamos hacer, no dejábamos de enviarnos miradas vergonzosas y de su parte, sexys y que pensaba que me iba a devorar con ellas. Dio comienzo el rodaje, justo cuando llego Enrique Iglesias, que por supuesto conocimos, porque nos tocaba graba con él.(Para que os quede claro, es el video clip de Enrique Iglesias, de la canción Push http://www.youtube.com/watch?v=aMpzCHOkydgy ellos son los dos que salen al principio)Durante el videoclip, nuestros continuos errores por ser principiantes y por pasarnos en lo que querían, estaba retardando el trabajo, pero salio como querían, al final de muchas tomas. Edward se aceleraba, yo me aceleraba y aquello se convertían en un lío de manos y piernas en lugares donde no debían estar y en momentos en los que no debían estar. Al final de la grabación, ambos estábamos acalorados y deseando acabar cuanto antes. Además a Edward se le veía muy animado en todos los sentidos.Al finalizar, por fin, nos dijeron que esa noche habría una fiesta de presentación del videoclip, porque este había sido grabado y llevado a pre-producción rápidamente, ya que iban con retraso.Se celebraría en el hotel y estaba todo ya preparado. Iba a ir gente de muy alto nivel y sería la oportunidad de Edward en este caso, para que vieran su increíble potencial, para todo tipo de arte, desde cine, teatro o baile, hasta publicidad y todo lo que se tercie.-Bella.-me dijo Edward cuando volvíamos a nuestras habitaciones después de la grabación.- ¿Me darías unos minutos?Cuando le mire para ver que quería, vi que en su cara había arrepentimiento y perdón y que realmente me amaba. Que siempre lo había hecho y que siempre lo haría. Que aquello fue un error muy grande y que realmente no sabía que había pasado.-Edward.-le dije susurrando. Di un paso al frente.-Bella, yo no me acuerdo de nada de lo que ocurrió con Tanya. Estaba muy borracho, no me acordaba de nada, absolutamente de nada. No estaba en mi cuerpo, también se que no es normal, no se si me metió algo más en la bebida.- dijo apoyando su frente en la mía. Pude notar como una lágrima mojaba mi mejilla. Estaba llorando.- Yo solo te he amado a ti en toda mi vida. Eres la única en todo y siempre lo seras.Allí estábamos los dos, en el pasillo, frente con frente. No decíamos nada, solo sentíamos, transmitíamos sentimientos y disfrutábamos de aquel momento.-Bella...-dijo con la voz agarrada. Se notaba que estaba llorando.- Yo te amo.-Edward.-dije riéndome.-¿Porqué nunca haces caso?¿Porqué no te callas?-Pero, es que yo te amo...-dijo de nuevo.-¡Qué te calles!Acto seguido me colgué de su cuello, uniendo nuestros labios para culminar aquello que decía que sentía y que yo no negaba y que yo también sentía. Lo amaba, como nunca amaría a nadie más. Edward cogió mi cintura y me alzo en el aire.-¡Te quiero!¡Te amo!.-dijo dando vueltas conmigo en sus brazos por todo el pasillo. Me reí y disfrute como nunca de aquel gran amor que me ataba a Edward.


Capítulo 28.-Reconciliación

-Para, para.-me dijo susurrando mientras me apartaba de sus labios. No aparto su frente de la mía. Nos quedamos así, juntos. Vi que se mojaba los labios para hablar.- Tenemos que hablar.-me dio un pico y se separo de mi.Me llevo a su habitación del hotel, donde estaba todo desordenado y algo que me dejo de piedra. ¡Tenía una foto mía en la mesita de noche! En realidad era una foto de los dos, que nos hizo su madre en su fiesta de cumpleaños y que yo no me acordaba que existia.-Te debo una explicación, pero no se como, porque no la tengo.-dijo cuando nos sentamos en su cama.- Se que hice las cosas mal, pero no se que hice, porque no me acuerdo de absolutamente nada.-Pues explicame hasta que punto te acuerdas.-le dije siendo sincera.-La mirada que antes me has hecho, me he dado cuenta que eres sincero y que no hiciste nada. Habla.Antes de decirme nada me dedico una sonrisa y me dio un pico. Le dedique una sonrisa que hizo que se quedara embobado. Le di un toque en la cara y entonces volvió en si.-Vale, vale.-dijo poniéndose serio.- A ver, recuerdo que estaba en casa, me llamaste, llame a Rose y Em y nos fuimos hacia tu casa. Pero Tanya me llamo para celebrar que había sido admitida en la escuela y una cosa llevo a la otra. El whisky es mi bebida favorita, pero no en exceso y aquello se nos fue de las manos. Ella se tiro a mi cuello y yo reaccione.-dijo con lágrimas en los ojos.- Y así me viste.-Llegaste hasta el final.-dije sin mirarle a los ojos, temiendo que me confesara lo que más temía.-¿Llegaste hasta el final con Tanya?
No.-dijo cuando me miro a los ojos.- Según tengo entendido y Tanya fue sincera, porque no sabia que tu nos habías visto, me quede dormido.Empece a reírme. ¡Se quedo dormido!-¿De qué te ríes?.-dijo empezando a hacerme cosquillas y a reírse conmigo.-¿Te estas riendo de mi?-Si, la verdad es que si.-dije aguantando ya mi sonrisa.- Te quedaste dormido.-dije mirándole a la cara.- Conmigo nunca te ha pasado.-Porque a ti te quiero.-dijo acariciándome la cara.- Además tu eres la única que me provoca estar caliente y dispuesto siempre.-dijo avergonzándose.-¿Cómo?.-dije pensando en lo que había dicho-Pues que además de quedarme dormido, Tanya no provoco nada en mi.-dijo mirándome con cara sensual.- Eres tu la única que me provoca estar así. Duro y necesitado.-dijo acercándose a mí.-No entiendo.- dije pensando en lo que estaba diciendo. ¿Se suponía que yo era la única que le ponía?. No hizo falta que le preguntara, porque me cogió desprevenida, tirándose encima de mi con brusquedad. Vale, ya lo entendía y más cuando sentí su sexo duro sobre el mio.-¿Sabes ya a que me refiero?.-dijo acariciando mi cara con sus dos manos, mientras se movía muy lentamente sobre mi.- Eres tu la que consigue que me ponga y me encienda así. Eres todo para mi.-Edward.-dije susurrando su nombre con verdadero amor y una devoción impactante.- Dime que me amas.-le dije mirando sus ojos esmeralda, clavados en los míos.- Dímelo
-Te amo.-me dijo besándome.- Pero lo que siento por ti se queda corto aunque este cada segundo de mi eternidad diciéndotelo.- me volvió a besar y no le deje decir nada más.Aquella noche no asistimos a la fiesta que se iba a dar de la presentación del videoclip. Nos quedamos en la habitación. Amándonos como nunca. Aquella noche fue sin duda la noche en que realmente hicimos el amor.Edward beso mi cuerpo, desde mis labios hasta los dedos de mis pies. De sus besos paso a sus lamidos, pero todo con verdadera devoción. Lo amaba y el me amaba a mi. Todo mi cuerpo le demostró que lo amaba y que siempre lo había amado. -Bella...-dijo mientras estaba dentro de mi. Estábamos llegando al cielo con movimientos lentos. El estaba encima de mi, dándome amor.- Te amo.-dijo mientras me besaba lentamente, besando mi labio inferior, subiendo al superior.-Yo también te quiero.-le dije mientras mis manos acariciaban su espalda desnuda, bajaban hasta su trasero y lo tocaban, rozándolo.- Edward...sigue...-dije gimiendo, al notar como apretaba su culo, entrando lentamente, pero mucho más profundo.-Ohhhh...Bella.-dijo gimiendo en mi oído, notando su sudor contra mi pecho, su aliento en mi piel y su amor en mi corazón.Cuando terminamos, Edward se quedo cerca de un minuto recuperando la respiración encima de mi, después se aparto. Terminamos los dos dormidos abrazados, tras darnos varios besos lentos, disfrutando del sabor de nuestros labios.
Al día siguiente no nos acordamos que nos tocaba coger de vuelta el avión a Seattle, y casi lo perdemos. Cuando llegamos, cada uno se fue a casa, pero no sin antes despedirnos en el aeropuerto. Me dijo que esa misma noche vendría a casa, para decirles a todos que estábamos de nuevo juntos y que si hacía falta, lo gritaría a todo el mundo, pondría pancartas y lo diría por televisión, radio y prensa.Lo amaba y me amaba, aquello era suficiente. Pero no me recordaba, de mi futuro y de lo que se estaba formando en el de Edward y más después de la grabación del videoclip.Mi futuro era París, no estar con Edward.

continuara.......

Capítulo 25.-Lío Capítulo 26.-Más sorpresas

HOT
Capítulo 25.-Lío
Me daba igual el sufrimiento y el dolor que tendría después. Estaba disfrutando de nuevo de Edward y de todo su cuerpo sobre el mio. Sus labios seguían sobre los míos y sus manos se perdían por mi cuerpo. Pasaron por mi trasero, por mi cintura, por mis pechos y estaba ya tan acalorado que necesitaba quitarme toda esa ropa, que estorbaba. A él le pasaba lo mismo, así que actuó más rápido que yo, quitándose su camiseta y el pantalón detrás. También cogió la misma ropa en mi cuerpo y desapareció, dejándome en bragas y sujetador. Mi pecho se movía aceleradamente, provocando la mirada sensual y lasciva de Edward sobre mi. Su boca directamente fue a parar a esa zona, desabrochando también el sujetador, dejándome únicamente con bragas. Sus labios se cerraron en torno a mis pechos, mojando y chupando como si se tratara de un chupete y él fuera el niño pequeño. Gemí y eso gusto a Edward, que movió sus caderas sobre las mías, haciendo el movimiento de penetración, por encima de la ropa. Sus labios bajaban hasta la goma de la braga, que cogió con la boca y tiro de ella bruscamente. Estaba a su merced, desnuda para él y su lujuria. Su boca fue a mi sexo ya húmedo donde se dedico a darme placer. Gemí y me retorcí. Note el aliento salir de su boca cuando se reía por mi movimientos y sonidos. Su boca feroz subió a la mia, mordiendo, chupando y besando mis labios. Gemí cuando hacia eso y más cuando note su sexo llenarme con una fuerte embestida. Grite de placer y el no se quedaba corto. Su respiración, sus jadeos, gemidos eran guturales y animales. Nunca lo había oído disfrutar tanto. Sus movimientos eran fuertes, parecía como si no quisiera estar completamente dentro de mi. Cada vez iba más rápido, mas fuerte. Se que el estaba apunto de irse, pero a mi me faltaba un poco, pero gracias a sus movimientos y al notar que terminaba dentro de mi, no pude evitar gritar al llegar a la cumbre del placer. Nos quedamos los dos allí, recobrando nuestra respiración.Cuando volvíamos a nuestro aspecto normal, subidos de nuevo en nuestros asientos y Edward conduciendo de camino a Seattle.-Bella...-dijo Edward comenzando a hablar. No se lo permití.-Callate, ya tienes lo que querías.-dije muy enfurecida con él y conmigo misma.- Llevame a casa.-dije mientras cogía el móvil y llamaba a Alice. Tenía que avisarle y pedirle perdón de rodillas por dejarla plantada.-Bella, yo...-¡Qué te calles!.-dije gritando y enfurecida con él.- Llevame a casa y no me vuelvas a hablar en tu vida. No se que no entiendes, no quiero saber nada de ti. Ya has conseguido lo que querías.-Eso no decías antes.-dijo con voz triste.- ¡Además no me siento culpable!¡No te he forzado!¡Lo has hecho porque has querido!-No me has forzado, vale, pero como si lo hubieras hecho. Ahora callate y llevame a casaFue lo último que dijimos durante todo el camino, me dejo en mi casa y le deje tirado en el coche, dando un gran portazo.Después de aquel día yo volví a caer en algo de lo que me creía superada. Caí de nuevo en el dolor que me provocaba Edward y su infidelidad. Pero allí estaban mis amigos para apoyarme, incluyendo a Jacob que se vino otra vez unos días a Seattle conmigo, para apoyarme. Iba todos los días conmigo a la academia y me recogía. Era un gran amigo y estaba volviendo a pensarme, si no me había equivocado y era el hombre de mi vida, que me quería y me iba a proteger siempre. Yo por el sentía una gran amistad, cariño, era amable y por supuesto era muy guapo. Pero faltaba algo, algo que él no me podría dar, ya que el único que me lo había dado, también me lo había quitado. Edward.El curso de aquel año en la academia estaba por finalizar. Mi primer y último, porque a partir del siguiente iba a estar en París trabajando en la compañía nacional. Aquello iba a ser culminante e iba a dar todo en aquel lugar. Sabía que la carrera de una bailarina no duraba tanto, que tarde o temprano iba a tener que dejar aquel mundo y mi trabajo sería el de dar clases primero a niños y después crear mi propia escuela. Aquello era lo que yo siempre había querido y sabía que lo podía conseguir. Y además quería que alguien cercano a mí me acompañara. Tenía que hablar todo aquello con mi padre y mi madre, pero sabía que me apoyarían, además así tendrían ambos una escusa para conocer París y quizás más lugares de Europa. Y por supuesto que ellos aceptaron. Mi madre vino a verme un fin de semana, aprovecho una de esas jornadas en las que Phil se tenía que ir a jugar fuera. Le pareció una idea estupenda que yo me fuera a París. Sabía que aquello era mi sueño y por supuesto mi padre también lo acepto y estaba deseando acompañarme para poder conocer París.Todo estaba sucediendo a la velocidad de la luz. Alice se estaba encargando de encontrarme un buen apartamento en París, ya que me lo pagaba la compañía de danza. Además me estaba renovando el vestuario entero. Decía que para vivir en París, había que tener ropa que pegara con París.
¿Qué haría yo sin mi querida diseñadora de ropa y mejor amiga? La iba a echar mucho de menos, pero ella decía que iba a estar cada dos por tres en París.Y también hubo alguien más que me sorprendió con su propuesta. Un día estábamos Jacob y yo viendo una película en casa, cuando empezó a hablarme.-Bella, quiero hablar contigo.-dijo mientras acariciaba mi pelo. Yo estaba tumbada con la cabeza en sus piernas. Cada vez nuestra relación iba cada vez a más- Tengo una propuesta que hacerte.-Dime.-dije sentándome encima de él como si fuera un bebé.- Seguro que es una idea fantástica.-Bueno, sabes que dentro de poco voy a cumplir la mayoría de edad y la verdad, sabes que tu para mi, eres el centro de todo.-dijo mientras me acariciaba la cara. Estábamos muy cerca.- Sabes que iría contigo al final del mundo y bueno, el que tu te vayas a París, será como el final de mi mundo, porque tu te lo llevaras.-¿Qué me quieres decir con eso?.-dije apartándome de él, mirándole seriamente.- ¿Qué te quieres venir conmigo a París?-Si, eso mismo.-dijo sonriendo tímidamente.- Lo haría por ti, por no dejarte nunca y no perderte.Aquello me dejo impactada. Yo tenía pensado irme sola a París y empezar una nueva vida y aquella propuesta, era tentadora, porque sabía que al estar sola en otro continente, sin prácticamente conocer el idioma y separada de los míos, pero realmente quería comenzar una nueva vida.
Mi cabeza estaba hecha un lío, entre aquella propuesta y lo ocurrido con Edward, que desde entonces ni me decía hola, sabía que le había dolido el que le dijera que fue como si me forzara y también admito que me pase. Pero ya no es el momento de pedir perdón. Él nunca lo hizo. Yo no iba a ser menos, por una tontería como aquel comentario.

Capítulo 26.-Más sorpresas
Aquel año estaba siendo tan extraño...Primero, conseguir entrar en la academia de Seattle, conocer a Edward y vivir tantos momentos bonitos con él, pero que se vieron rotos por su infidelidad. Después cuando me contrataron para la compañía nacional de danza de París y todavía no había terminado el curso.Un día en clase, el profesor vino con un hombre, era joven pero venía trajeado y traía consigo un maletín. El profesor llegó y nos dijo que hoy nos tocaba baile libre, pero nada de clásico, eso lo dijo mirándome a mi. No sabíamos de que iba aquello, pero di toda mi sensualidad, que sabía que también era otro punto fuerte.Nos pusieron música y todo el aula bailamos, sin saber a que venía aquello, sólo nos dijo: bailar.En uno de mis movimientos, di un giro y al pararme, Edward me había cogido por el brazo para bailar conmigo. No me queje en aquel momento, pero mis movimientos eran fríos y reacios a él. Cuando terminamos su respiración agitada quedo cerca de la mía, mientras que sus manos apretaban mis muñecas. Me solté bruscamente, profiriendo un sonido de asco, junto a mi cara.
-Bien chicos, este señor os viene dar una gran noticia.-Hola a todos, me llamo Wade Robson. Soy coreografo de muchos artistas como Britney, Enrique Iglesias, Justin Timberlake, y mucho más. Hoy estoy aquí, porque esta fue mi academia durante muchísimo tiempo y quiero daros la oportunidad de salir en el nuevo video clip de esta canción que acabáis de oír, Push de Enrique Iglesias.-todos aplaudimos y deseábamos poder tener esa oportunidad.- Voy a deciros el chico y la chica que va a participar en el videoclip y que realmente me han encantado.-me miro a mi.- Tu. Ven.-me quede de piedra. No me podía estar ocurriendo a mí. Era la elegida para todo. Yo no me consideraba tan buena.- Y tu.- ¿A quién había nombrado? Con tanta felicidad no me había dado cuenta-Bella y Edward.-dijo el profesor.-¿Qué?-dijo gritando en medio de clase-¿Qué pasa Bella?.-dijo Edward riéndose.- ¿No sabes apartar lo profesional de lo personal-¡Edward callate!.-dije señalandole.- ¿Cuando es la grabación del videoclip?-Mañana a las 6 de la tarde vendrá un coche a recoger a la puerta de la academia. Cogeréis un vuelo que os llevara hasta Nueva York. Allí os recogerá otro coche y ya allí, vemos que tal van las cosas, pero en 4 días estáis de vuelta.¡Aquello era increíble! ¡Tenía que estar siempre jodiendolo todo!Salí de de clase hecha una furia.
Cuando me encontré a Rose, que fue la que me paro los pies, le explique todo y me dio la enhorabuena, y por supuesto cuando vio a Edward, yo le mande una cara de asco, mientras ella lo saludaba. Yo me fui de allí, asqueada y cuando se lo explique todo a Jacob y Alice, el primero me dijo de acompañarme, cosa que no podía y la diablilla de mi mejor amiga se puso a hacer la maleta, viendo como metía mucha ropa, sobre todo interior y de lencería. Aquello me dolió mas todavía porque sabía que aquello no iba a deparar nada bueno. Edward y yo, solos en Nueva York y encima haciendo un videoclip, seguro subido de tono y él no se quedaría con quieto ni con los pies ni con las manos.Al día siguiente, Edward y yo tuvimos el día libre, pero no lo pasamos juntos preparando el viaje. Lo vi cuando el coche nos recogió en la puerta de la academia, el se puso delante y yo detrás. Mejor. Menos contacto.En el avión, esta vez nos toco ir uno al lado del otro, pero al ser de noche y después de servirnos la cena, ambos caímos redondos en nuestros asientos, pero inevitablemente terminamos el uno apoyado en el otro. E incluso cuando me desperté, sus manos rodeaban mi cintura y mi cabeza descansaba en su hombro. Además la suya estaba aplastando la mía. Menos mal que no estaba borracho, si no estaría con la boca abierta, babeando. Al pensar en aquello y en la imagen de la noche de disfraces, no pude evitar reírme.
-¿De qué te ríes?.-dijo su voz por encima de mi cabeza. Me aparte bruscamente, quitando sus manos de mi cintura.No le pude contestar, porque en aquel momento, se nos estaba anunciando que íbamos a aterrizar en el aeropuerto de Nueva York.Como nos habían anunciado, había un coche esperándonos en Nueva York. Era la primera vez que viajaba tan lejos, pero se notaba que Edward no, ya que me iba diciendo cada cosa que veíamos desde el coche. Seguro que tendríamos algún día para visitar toda la ciudad antes de marcharnos, pero ahora era el momento de llegar al hotel y descansar.Nos íbamos a hospedar en uno de los mejores hoteles de la ciudad y todo a gastos pagados. Era allí donde se iba a firmar parte del videoclip, así que nos tenían a todos reunidos allí. Aquello era precioso y la habitación que teníamos reservada también. Por supuesto no hubo ningún tipo de errores y cada uno teníamos habitaciones separadas. Una enfrente de la otra. Aquello no iba a ser tan difícil y tampoco íbamos a tener tanto contacto. Esperaba que tampoco lo fuera en el videoclip.Al día siguiente fueron a despertarnos otros bailarines del videoclip y nos llevaron al lugar de rodaje del videoclip. Nos explicaron que papel tendríamos nosotros dos y nos quedamos de piedra cuando nos lo dijeron. Nos fuimos con la gente de maquillaje y vestuario para vestirnos.A mi me pusieron unas medías negras con un pantalón también negro y botas negras. Además llevaba una especie de camiseta corsé con mucho escote.
El pelo me lo habían puesto rizado, dándome mucho volumen. Aquello prometía demasiado, pero nada bueno.
continuara..

20/10/09

Capítulo 24.- Héroes. capítulo 24.- Redes

ADVERTENCIA: esta novela no es mia,, yo nola escribi ok,, aki no hay nada de vampiros licantropos ni nada de eso,, todos son humanosy lo mas importante tiene algunas partes puessubidas de tono XD asi ke ustedes saben si la leen o no ok bueno espero ke les guste

Capítulo 24.- Héroes.
Aquello era lo mejor que me había pasado en mucho tiempo. Me habían contratado para bailar en la compañía nacional de París, con los mejores bailarines del mundo. Por el momento iba a ser suplente y tener papeles muy pequeños, como era de extra. Ibamos a hacer giras por todo el mundo y justo comenzaba mi primera actuación como bailarina extra en la gran ópera de París. Aquello era más de lo que yo podía soñar. Me iba a París a finales de Junio, 3 meses. Estábamos a mediados de Abril y todavía nos quedaba la recta final en la academia.Después del accidente en las duchas de la academia, el contacto entre Edward y yo había sido mínimo. Él se había dado cuenta de que yo sufría con su presencia y más con su tacto y todo su ser a mi alrededor. Sólo nos dirigíamos la palabra para lo justo en clase y cuando nos tocaba hacer cosas en parejas, él me buscaba, pero yo era más rápido y me juntaba con otros y Tanya también era más rápido, iba corriendo a engancharse de cualquier parte del cuerpo de Edward. Aquella tía era ridícula. No sabía bailar y no podía entender como la habían aceptado en la escuela. Pero tampoco me importaba demasiado su vida.-¡Jacob!.-dije un día cuando me sorprendió viniendo a por mi a la academia.- ¿Qué haces aquí?-Venía a invitarte a comer, ¿te apetece?.-dijo dándome un abrazo.Le sonreí y en aquel momento vi, como Edward nos miraba con odio. Se la iba a devolver con su misma moneda. Además, Jacob me apoyaba mucho y siempre estaba conmigo pese a todo. Nunca había dejado de sentir nada por él y toda su ayuda, me estaba volviendo a hacer revivir antiguos pensamientos. Nunca fue el mismo amor que tuve con Edward pero si fue algo.No me lo pensé más y le di un tierno beso a Jacob en los labios. Al principio se quedo parado con aquello, pero después no lo dudo. Cogió mi cintura y levemente, me fue dando confianza para continuar. Sabía que era despacio y lento por mí, pero conocía a Jacob lo suficiente para saber, que si por él fuera, ya habríamos pasado al postre.-Vaya.-dijo al separarse, pero sin soltarme.- Me gusta tu forma de decirme que si.- Me cogió la mano y nos pusimos en camino.- Vamos Bells.-dijo riéndose y llamándome como lo hacía siempre.Pasamos por delante de Edward, que tenía una cara de odio imposible de aguantar. Note su mirada encima de nosotros hasta que desaparecimos por la puerta de la academia. Así me gustaba, que sintiera lo mismo que yo. Pero aquello era una guerra y como se dice...En el amor y en la guerra todo vale. Las cosas no iban a terminar ahí.Un día a Alice se le ocurrió una idea fantástica. Le habían dicho que había una fiesta de disfraces de los chicos universitarios. Por supuesto, se lo había dicho Jasper, pero no sabía lo que aquello iba a desencadenar. Ese mismo día, Alice nos cogió uno por uno y nos eligió ella el traje. Al final de la noche, estábamos todos en casa, disfrazados y emparejados, menos yo. Íbamos vestidos de super heroes.Rose y Em iban de Elektra y Dardevil respectivamente.Por otro lado, iban Jasper disfrazado de Gambito y Alice, de Poison Yvi.Y por último yo, iba sola, pero era la que mas sexy iba de gatubela. Alice había hecho un trabajo fantástico y los trajes eran prácticamente iguales.-Bella, ¿sabes que estas increíble?.-me dijo Em, mientras abrazaba a Rose.- Te queda muy bien todo ese cuero y ese látigo.-¡Emmett!.-dijo Rose enfadada.- ¿Y yo no te gusto?-Tu la que más.-le dijo dándole un beso, que hizo que todos girásemos la cara, por vergüenza ajena. Cuando se separaron, volvió a hablar.- Pero a Bella, hay algo que no le va a gustar nada.-¿El que?.-dije mientras todos nos poníamos los abrigos, sin llevar todavía puesta la careta, mi cara se torno de la alegría al enfado.- ¿Viene Edward, no?.-dije asomándome por la ventana y viendo allí su Volvo plateado.- Muy bien, tenéis unas ideas geniales.La verdad me molestaba, pero no quería que me jodieran esa noche. Yo estaba soltera y sin compromiso alguno, aquella iba a ser mi noche y los chicos ya me lo habían dicho, estaba increíble. Subimos a los coches, Jasper y Alice en el Ferrari del primero y a mí me toco subirme en el Volvo de Edward, con Rose y Em en la parte de atrás haciendo los guarros.No pude ver de que iba disfrazado Edward, solo que llevaba los ojos dibujados en color negro. El creo que tampoco logro divisar el mio. Mejor, así en la fiesta no nos reconoceríamos y no lo tendría encima de mi toda la noche. Cuando llegamos a la fiesta, los conductores, o sea, Jasper y Edward nos dejaron en la puerta y ellos se fueron a aparcar. Al poco rato, volvió Jasper y las parejas se fueron cada una por su parte mientras yo quedaba sola para disfrutar la noche como había dicho. Me acerque a la barra del lugar, y me pedí una copa. Cualquier cosa menos Whisky. Al poco rato me quede mirando la pista de baile, un poco borrosa después de unas cuantas copas, y ahí estaba un apuesto Batman, bailando bastante bien pero a la vez patoso por culpa algunas copas de más como yo. Me encamine hacia él, con mi látigo de catwoman y por supuesto, con la careta ya puesta por lo que no se me reconocía.-Caballero oscuro, veremos si esta noche podrás hacer tu trabajo.-le dije a Batman arañándole con mis uñas postizas. Empezamos a bailar juntos aunque más se podía decir a movernos cuerpo con cuerpo sin una minúscula partícula de aire entre nosotros. Su aliento se perdía por mi cuello y cuando sus manos se acercaron a mi trasero, cogí el látigo y le de levemente en su trasero.-Quieto.- le dije apartándome.- ¿Te hace una copa?-Si, claro.-me cogió la mano y me acerco con el a la barra.- ¿Whisky?Le dije sin pensar que si, whisky. No sabía que a partir de aquella copa de whisky, iba a venir una tras otra y otra y otra. Como siempre me sentó muy mal el whisky, pero no físicamente...-Mmmmm.-dije ronroneando mientras ese Batman de mis sueños besaba mi cuello tras unas 5 copas de whisky. Estábamos apoyados fuera de la casa, yo contra la pared y él delante de mi.- Caballero oscuro, no sabes lo que me gustan tus labios.-dije arañándole la cara de nuevo.- Mmmmmm-Gatita.-me dijo cogiendo mis piernas y haciendo que saltara sobre sus caderas, enroscando las piernas detrás de su cintura.- Me pones mucho, mucho. Ese traje, ese cuerpo. El látigo.Me reí de sus delirios y empezamos a besarnos de forma furiosa y desesperada. No se sabia donde empezaba los labios de uno y terminaban los del otro. Aquello como un circulo vicioso. Y que vicio.-Mmmmm, Bella, Bella.-dijo ese Batman siguiendo con sus delirios de borracho y cachondo. Estaba borracha, pero lo había reconocido.-¿Edward?.-dije apartándome de él, sin bajarme de su cuerpo.-¿Bella?.- me dijo poniendo su mirada encima de la mía. Sin duda alguna era Edward. Sus ojos esmeralda le habían delatado, pero hasta aquel momento no me había fijado aunque mi mente seguía sin poder observarlo en condiciones, porque veía borroso.- Bella, ¿eres tu?Si, sin duda no era yo la que estaba cometiendo aquella locura.
Capítulo 24.- Redes
Enseguida me baje de su cintura e intente apartarlo, pero él como si nada. Estaba bastante borracha y perdí el equilibro, pero Edward me agarro.-Quitate.-le dije empujándole con fuerza para apartarlo.- Dejame-¿Porqué?.- Dijo acercando de nuevo su boca a la mía.- Antes estaba muy bien.-`Pero no sabia que eras tu.-dije consiguiendo desatarme de las cuerdas que era su cuerpo.-O sea, que te estabas liando con un “desconocido”.-dijo poniendo énfasis en esa palabra.- Solo por despecho y por una borrachera.¡Mira quien habla!.-dije gritándole mucho.- ¡Él que por una celebración se emborracho, se tiro a su ex y su amiga y le puso los cuernos a su novia!.-dije gritándole muy cerca de su cara.Edward me cogió de la cintura y me acerco a él, besándome desesperádamente y feroz. Logre apartarme con brusquedad de su cara y de su beso. Le pegue un guantazo. Iba borracha pero no iba a permitir que se aprovechara de mi. Aunque tuviera muchas ganas.-Me da igual que me pegues infinitas veces.-dije agarrando de nuevo por mi cintura.- Aguantare lo que haga falta para poder volver a tenerte entre mis brazos.En aquel momento me rendí. Deje que me besara y me hiciera lo que el quisiera. Estaba a su merced. Catwoman se había derrumbado y era Batman el que dominaba mi alma y mi ser.Deje que sus labios se perdieran por los míos, mi cuello. Me agarro y me arrastro hasta su coche, que estaba al lado del Ferrari de Jasper. A lo mejor ellos podrían salvarme. Porque yo no podía. Había caído en sus redes.Estábamos en la parte de atrás del coche, yo sentada encima de él, simplemente besándonos y tocándonos por encima de la ropa, ya que teníamos poco espacio para poder desnudarnos y más con aquellos trajes.-Bella, Bella.-dijo dándome besos por las partes que mi traje descubría en la barriga.- Te necesito ahora.-dije acariciando mi sexo por encima de la ropa, pero con verdadera devoción.- Dejame hacerte el amorNo le conteste, seguí besándole y disfrutando de nuestros cuerpos. Pero en aquel momento...-¡Son Bella y Edward!¡Son ellos!.-dijo una voz de pito desde el exterior del coche.- ¡Son Batman y Catwoman!.- Sin duda alguna era Alice quien gritaba y hacia movimientos con los brazos. Mire el reloj del coche. Las 6 de la mañana. Cuando salimos del coche, yo primero y Edward tardo uno minuto más en salir, allí estaba Jasper aguantando a Alice junto al coche, que no paraba de reírse por cualquier cosa. Iba borracha. Em y Rose estaba abrazados apoyados en el coche. Se les veía cansados y con ganas de llegar a casar, pero no iban borrachos como podíamos estar Alice, Edward o yo. Cuando por fin salio del coche, se decidió que conduciría Rose, porque Edward no estaba en condiciones y yo tampoco.Nos montamos en los coches y salimos de allí. Edward y yo íbamos en los asientos traseros, donde Edward se quedo dormido apoyado sobre la fría ventana. Lo mire y no pude evitar reírme. Estaba ahí con la boca abierta y muy gracioso. ¡Se le estaba cayendo la baba! Me puse a reír como una loca, provocando el despertar brusco de Edward, moviendo los brazos y dándome a mí en todas la nariz con una mano, y la otra contra la ventana, sin inmutarse.Me dejaron en la puerta de mi casa, junto a Jasper y Alice que iba ya dormida en los brazos de Jasper. Yo caí rendida en la cama, después de quitarme ese disfraz tan complicado de vestir. Me dolían los pies de los tacones y no me apetecía desmaquillarme. Al día siguiente me quitaría todo eso de la cara y limpiaría las sabanas.
Después de aquel fin de semana, entre Edward y yo las cosas seguían igual que siempre. Aquel momento caliente por la borrachera yo lo había olvidado y esperaba que Edward también, pero en parte se podía ver en su cara, que en clase, me miraba con deseo y sabía que tenía ganas de terminar aquello que se vio interrumpido en la fiesta de disfraces. Lo que ocurrió me dio a pensar que quizás lo de Tanya también había sido causa de una borrachera, peor que la pasamos juntos y por eso no se recordaría de lo ocurrido.En clase, más de una vez se intentaba poner de nuevo conmigo de pareja, cuando nos lo pedían, pero realmente la mayoría de las veces Tanya llevaba antes, colgándose de su cuello, cosa que me daba muchos celos. La mayoría de las veces, yo intentaba también alejarme de ser su pareja la mayoría de las veces, pero aquello no quitaba que él siguiera intentando algo.Un día salí corriendo de clase, porque realmente tenía prisa. Había quedado con Alice para ayudarla a preparar el regalo de cumpleaños de Jasper, pero nunca llegue a tal sitio, porque cuando estaba por cruzar la acera vi que un coche plateado venía en toda dirección hacia mi. Justo paro a 1 palmo de mi cuerpo dejándome a mi palpitando apunto de tener un paro cardíaco. Era su coche y por supuesto él iba dentro.-Sube.-me dijo sin moverse, sólo bajando la ventanilla del coche. Empece a caminar y me siguió con el coche.- Bella, sube al coche.Lo dijo con una voz que me dio miedo y respeto y no pude decirle que no, así que me subi en el coche, en silencio y sin hablarle, solo se hoy el sonido del rugido del motor y la música que llevaba en la radio, que apago.-¿Donde vas?.-dije viendo que se desviaba hacia el descampado donde me llevo la primera vez.- Llevame a la ciudad, he quedado con Alice.-No has quedado con nadie.-dijo muy serio.- Tenemos un asunto pendiente.-dijo mientras se metía con un camino rural. Cuando aparco el coche, cerro con candado las puertas.- Quieras o no, tenemos que hablar.-Deja de hacer el inútil y llevame a Seattle.-dije muy seria, cruzando los brazos.-No.-se bajo del coche y se vino hacia mi puerta que abrió y me saco de allí, arrastras, subida a su hombro. Me puso en la parte de atrás del coche, tumbándome y esperando su reacción.- Si no me quieres oír, se que me quieres sentir.-se tumbo encima de mi, acariciando mi cara suavemente con sus manos.- Se que al igual que yo tienes ganas de que lo de la fiesta de disfraces culmine.-dijo acercando su boca a mi oído, susurrando.- Se que me sigues deseando y que me sigues amando.-No.-dije en un suspiro. Era un no, como último resquicio de conseguir que se apartase de mi y se diera cuenta que no quería. Aunque realmente si. Era lo que quería. Quería sentir sus manos por mi cuerpo, sus labios por mi contorno y su sexo sobre el mio.Edward sabía que era aquello lo que deseaba y era cada vez más y más porque sus suspiros en mi cuello y oreja no ayudaban nada. Notaba su aire caliente rozar mi piel, casi sus labios tocaban mi piel y sus manos estaban deseando tocar mi cuerpo, hasta que por fin lo hicieron. Se colocaron en el trozo de piel que se salia por debajo de mi camiseta. Note su mano fría cogiendo con verdadera devoción mi cintura, apretándome contra él. Por fin sus labios también tocaron mi piel, empezando por el cuello, perdiéndose arriba y abajo, llegando a mi oreja, continuando por mi mandíbula con suaves besos, acompañados de besos húmedos debido a que usaba su lengua para ello. Sabía que como besara mis labios estaba perdida. Él también lo sabía y no dudo en llevar acabo aquello que ambos tenía. Por fin sus besos pasaron a mis labios, besándome con devoción, pasión y fuerza. Caí y sabía que ya nada ni nadie nos podría parar. Aquello no estaba bien, no quería sufrir y mucho menos por él.
continuaraa.....dejar comentaios plis

18/10/09

Capítulo 22.- Un pozo sin salida Capítulo 23.-Sueño o pesadilla

ADVERTENCIA: esta novela no es mia,, yo nola escribi ok,, aki no hay nada de vampiros licantropos ni nada de eso,, todos son humanosy lo mas importante tiene algunas partes puessubidas de tono XD asi ke ustedes saben si la leen o no ok bueno espero ke les guste
http://unaamiradamas.blogspot.com/
Capítulo 22.- Un pozo sin salida
-¿Hay alguien ahí?.-dije entrando en el club. Se seguían oyendo risas al fondo. Por fin pude divisar de donde salían aquellas voces. Allí estaba Edward sentando en una silla, con un vaso de alcohol en la mano, moviendola exageradamente, provocando que se derramara. Y allí estaba ella, sentada encima de él, los dos parecían borrachos, pero Edward más que ella. Me quede allí observando que pasaba.-¿Sabes que te digo Tanya?.-dijo con una voz de estar perdido por culpa del alcohol increíble. No me lo podía creer. Nunca lo había visto así y tampoco me imaginaba que fuera capaz de hacer algo como aquello.- Esto tenemos que celebrarlo de otra forma.-dijo dejando la copa de alcohol en el suelo.-¿Y que propones?.-dijo Tanya colgándose de su cuello y lamiéndole todo el cuello.-¿Algo así, Eddie?-Si, justo algo así.- Edward cogió en brazos a Tanya y la puso contra el suelo. Empezó a besarla desesperado a la vez que mi corazón se rompía en infinitos pedazos. Tuve que salir de allí, no podía ver nada más. Me estaba quedando sin aire, mi sangre empezó a dejar de correr por mi cuerpo, lo que provoco que ni una sola lágrima saliera de mis ojos. Me subí en el coche, lo arranque y no me asusto el rugido que dio cuando apreté el acelerador. Necesitaba ir a esa velocidad. Estaba tan sumida en aquella tristeza y en aquella imagen, que no me di cuenta, que estuve durante 10 minutos dando vueltas alrededor del piso donde vivía con Alice. Cuando aparque y subí corriendo al piso, fue en ese momento, cuando vi a mis amigas y sobre todo a Rose, la prima de Edward, cuando mi mundo se derrumbo por completo, mi cuerpo y mi alma entendió que había ocurrido. Caí al suelo, porque mis piernas flaquearon, era de mantequilla. Vi como mis amigos se quedaban mirándome y mis primeras lágrimas aparecían por mis ojos. No podía respirar, no podía ver porque mis lagrimas cubrían mi mirada.-Bella.-oí la voz de Alice lejana.- ¡Bella!Sólo oí eso antes de caer en una profunda oscuridad...
-Bella, ¿cuando vas a despertar?.-me dijo una cerca de mi oído, mientras sentía una cálida mano tocando mi húmeda frente.- Llevas dos días enteros durmiendo, vamos despierta.Poco a poco la leve luz gris que entraba por la ventana, llego hasta mis ojos y con dolor, abrí mis pestañas, dejando que las imágenes que me rodeaban llegaran a mi cerebro.-¿Qué ha pasado?.-dije sin mirar quien había a mi alrededor y con voz pastelosa, ronca y muy baja.-¿Dónde estoy?-Bella.- dijo mi padre empujando a otra persona.- ¿Cómo estas?.-dijo mirándome preocupado.- Estas en casa, en Forks. Alice ya nos ha contado que ha ocurrido.Entonces lo recordé todo. El barrio, el club, alcohol, Tanya, Edward y besos. Dí un pequeño gemido de dolor interno, me moví un poco en la cama, metiéndome más en mi cama. -¿Estas bien?-dijo otra persona que no era mi padre.- Ya te dije yo que ese pijo no era de fiar.-Jacob, callate.-dijo mi padre muy serio. Pensaría que me sentaba mal que hablaran de él, pero era así. Tenía razón. Cada vez que mi mente o alguien lo recordaba, mi corazón sufría un paro cardíaco y cuando se ponía en movimiento, me dolía todavía más. En aquellos momento me lo abría arrancado y lo habría dado para que la ciencia estudiara sobre él.-¿Me podéis dejar sola?.-dije cogiendo la posición de feto en la cama, dándoles la espalda. Realmente quería estar sola para pensar y replantearme la situación.-Bella...-dijo mi padre angustiado.- Ya están avisados los profesores de la academia que por el momento no te vas a reincorporar.-Gracias, pero por favor, quiero estar sola.-dijo mi voz, que no reconocía como tal desde debajo de las mantas.A los segundos oí la puerta cerrarse, los pasos de Charlie y Jacob alejarse escaleras abajo y cuchichear.Mi cabeza se volvió a perder en aquel mar de imágenes y recuerdos malditos. Mi cuerpo estaba en esa cama, en el pueblo frío donde había pasado parte de mi infancia y adolescencia, me había enamorado. El amor. Maldito y mil veces maldito. Pero el amor no me iba a obligar a dejarlo todo por él. Eso nunca. El baile siempre había sido mi vida y ahora, por un simple amor y coqueteo más no lo iba a dejar de ser. Era obvio que lo iba a pasar mal, que no soportaría su presencia cerca de mi, que me repugnaría ese olor que otras veces me había atraido, pero no permitiría que ese estúpido cupido lanza cuernos me amargara la vida y mucho menos mi sueño.Me levante de la cama tambaleándome porque mi equilibrio, después de estar dos días en la cama, esta un poco bajo. Fui poco a poco al baño, agarrándome de las paredes y diciéndome a mi misma, que era fuerte y que si no lo era, lo iba a aparentar.Después de media hora de un relajante baño, di mis primeros pasos fuera de mi cuarto. Se que desde abajo me habían oído y bueno, tarde o temprano me tendría que afrontar a aquello.-Hola.-le dije a mi padre que estaba en el salón, ahora solo.- ¿Y Jacob?-Se fue a La Push. Se ve que ha tenido un pequeño problema allí.-¿Va a volver?.-dije deseando que me dijera que si. Pese a todo, Jacob seguía siendo un gran apoyo para mi. Era mi mejor amigo y el que mejor me comprendía.- Me vuelvo a Seattle, papa, sabes que no puedo perder clase.-Ya lo se.-me dijo sonriendo.- Tienes que hacer tu vida.-se levantó y se acercó a mi.- ¿Quieres que te lleve?-Me harías un gran favor.-le dije con una tímida sonrisa.- ¿Sabes algo de Alice?-Ellos fueron los que te trajeron aquí. Se supone que tu querías eso, se fue ayer a Seattle, no pueden faltar ellos tampoco.-Ya y yo tampoco, así que voy a por mis cosas y nos vamos.-dije lo más natural que pude.Estaba pensando en volver a Seattle y era inevitable. Me lo iba a encontrar y no sabia como afrontarlo. Me iba a ser muy doloroso y necesitaría de muchísima ayuda para no caer y ponerme a llorar como una tonta nada más verlo. Como había dicho antes, yo iba a ser fuerte o al menos aparentarlo frente a él. Iba a hacer como si no existiera, como ni siquiera tuviera nombre...pero tenía todo tan perfecto, incluso su nombre que me iba a resultar...difícil.Cuando llegue con mi padre a Seattle, eran cerca de las 7 de la tarde, le pedí que me dejara en la academia y llevara mis cosas al piso. Necesitaba despejarme y eso lo lograba haciendo aquello que tanto me gustaba. Subí corriendo hasta la primera sala de danza que estuviera vacía. Cogí y me quite el pantalón vaquero que llevaba, me quede en coulotte deportivo. Me puse la primera música clase que había por ahí, me calcé las puntas y deje rienda suelta a mi pasión e imaginación. Baile y disfrute. Me canse y sude. Lo necesitaba. Me despeje y me olvide de todo durante el rato que estuve bailando, yo sola, en mi mundo de ensueño. Todo era como cuando llegue a la academia la primera vez. Solo me importaba el baile y así iba a seguir siendo. Pero de repente caí en la realidad del mundo que me rodeaba y no todo era como al principio. Era mucho mas liado y convertido en una pesadilla. Oí su voz, llamándome con miedo.-Bella.-dijo, haciendo que yo parara de bailar de golpe y no lo mire ni siquiera por el reflejo del espejo. No quería caer tan pronto en mi propio pozo.
Capítulo 23.-Sueño o pesadilla
-Bella.-dijo acercándose corriendo a mi y abrazándome desde atrás.- Por fin vuelves, estaba preocupada por ti. ¿Qué te ha pasado?-Suéltame.- dije sin moverme ni un milímetro.-¡Qué me sueltes!-dije gritando y empujándole con mis brazos.-Pero Bella, dejame que me explique. Ni siquiera yo sabía que había pasado hasta ayer.- me dijo casi con lágrimas en los ojos.- Lo siento-No quiero oírte, no quiero saber nada de ti, ni de tu vida. No quiero saber que me quieres decir y no quiero oír nunca más un te siento de ti. Simplemente yo para ti no existo.Cogí mis cosas y me dispuse a salir del aula, pero el estaba allí, delante de la puerta evitando que saliera.-Bella, no puedo hacer como si no existes. Eres lo más importante que he tenido nunca y...aauuuuuu!!!-dijo retorciéndose de dolor y cayéndose al suelo, tras recibir una patada mía en todas sus partes bajas.-Te he dicho que no quiero oírte. No tienes que decirme nada que a mi me importe.- le dije mirándole con cara de asco desde arriba.- Que te aproveche.Me fui de allí, sin poder evitar llorar, cuando estaba sentada en los bancos de la parada del autobús. Mis lágrimas se derramaban por mi cara, doliéndome como nunca. Debería de haber pensado que el estaría allí, pero bueno, de todas formas iba a tener que aguantar antes o después, así que aquel había sido el primer contacto, y seguro que no sería el único. Edward intentaría por todos los medios que yo le hiciera caso y le oyera.
Al día siguiente me tocaba ser fuerte y hacer como si nunca hubiera pasado nada con Edward. Llegué y cuando entre, vi a Rose y a Emmett allí. Ambos vinieron corriendo a abrazarme y a preguntarme que tal estaba. Por mucho que para mi él no existiera más o eso pretendía, Em y Rose se habían convertido en dos grandes amigos y que en aquellos momentos estaban de mi parte, aunque según sus caras, tampoco sabían que había pasado y nadie lo iba a saber, porque ni el propío Edward lo sabía.Me dirigí a clase y allí estaba él, muy serio frente al espejo, calentando antes de comenzar la clase. Yo me dispuse a hacer lo mismo, me quite el pantalón quedando con el body y las medías. Me puse las puntes y con cuidado de no dañar a nadie, ni tirar nada, cogí una de las barras, sin evitar poder hacer ruido. Edward me miro a través del espejo con la cara muy sería. Aparte la mirada y volví a mi tarea. Con la tranquilidad del calentamiento, vino todo una tempestad para mi...-¡Eddie!.-dijo ella entrando corriendo en clase, también con una ridículas medías rotas por todos lados. ¿Cómo podía ir así vestida? Ojala los profesores le dijeran algo. ¿Qué hacía aquí?-Tanya, dejame en paz y por favor, deja de llamar Eddie, mi nombre es Edward.-dijo Edward muy serío empujando a Tanya de su lado.-Vamos, el otro día cuando estuvimos celebrando que me había dado una beca para entrar, no decíamos lo mismo. Eramos amigos.-dijo con cara de cerdito degollado.Tuvieron que dejar de hablar, porque en aquel momento entro el profesor seguidos de unas cuantas personas.-Chicos, venga.-dijo el profesor colocando un disco en el equipo de música.- Os presento a Dominique y Gabrielle. Son franceses y vienen a hacer una selección para el próximo año, para poder entrar en la compañía nacional de danza clásica de París.Aquel era mi sueño, desde pequeña yo había aprendido a bailar gracias a los videos de esa compañía. Realmente era mi sueño y no iba a desperdiciarlo. Sabia que mi familia me apoyaría y ahora en mi mundo ya no existía Edward para tener que quedarme en los Estados Unidos por él. En aquel momento empezaba la selección. Sólo había una plaza e iba a ser mía. Pocos de los que había en el aula podrían superarme, así que iba a darlo todo para conseguir aquella preciada oportunidad, que me brindaba las puertas hacía un mundo de verdadero baile y reconocimiento.Cuando termino aquella clase, vi que Edward se acercaba a hablar con el profesor. Oí todo lo que le decía.-Sabes que esa oportunidad se la deberíais dar a Bella. Es la mejor y no cabe duda de que se merece estar en la compañía nacional de París.-dijo todo eso con verdadera sinceridad.No me ño podía creer, quería que me fuera de Estados Unidos. Prefería que yo me fuera de allí, para que el tuviera el paso libre con Tanya y no tuviera cargos de conciencia. No me lo podía creer...Salí de allí hecha una furia y necesitaba a alguien para que me apoyara.-¿Jacob?.-dije cuando al otro lado de la línea, descolgaran el teléfono.-¿Te importaría venirte conmigo unos días a Seattle?.-dije con la voz más melosa posible.-Claro.-dijo con mucha felicidad.- Pero sabes que mi padre no me dejara perder instituto. Mañana te prometo que cuando salgas de la academia, te espero en la puerta.Aquello me alegro un poco. Verdaderamente tenía amigos que me apoyaban. Todos estaban de mi lado y aquello lo pude apreciar, cuando Edward salía del aula y Rose le miraba con cara de odio. Yo me fui hacía las duchas. Le había prometido a Alice, que para animarme nos iríamos de compras después de que yo terminara, así que me iba a duchar y arreglar en la academia. Jasper le había dejado el coche, únicamente para apoyarme también a mi.Me metí en las duchas, necesitaba relajarme. No lo oí entrar, pero de repente note su tacto alrededor de mi cuerpo. Yo estaba de cara a la pared y él me rodeo por detrás, dejando mi cuerpo allí.-Bella, dejame contarte.-dijo acercando sus labios a mi oído, mientras el agua nos mojaba a los dos. Pude notar que únicamente estaba en calzoncillos.- Dejame explicarte que ocurrió. Se que quieres saberlo.-sus labios rozaron mi hombro. Su respiración y su aliento paseaba de mi cuello a mi hombro. Sabía que estaba esperando a que yo dijera o hiciera algo, pero mis lágrimas y todo mi cuerpo me lo impedían. Había dicho que no me vería llorar. Intente apartarme pero no me dejo.- No, si hace falta nos ahogaremos, pero tu no te mueves de aquí. Me vas a oír.-Edward, dejame.-dije con la voz quebrada.- Quiero irme.-dije mientras mis lágrimas corrían por mi cara.- DejameEdward se aparto y me dejo ir, pero él quedo bajo el grifo de la ducha, hasta que noto que yo me había vestido y estaba ocupada arreglando mi pelo. Se vistió sin mirarme y salió de la misma forma. Una vez que me quede sola, mis lágrimas salieron por mis ojos. Era inevitable.Cuando Alice me vio en ese estado, mientras esperaba en la puerta de la academia, ya sabía que me había pasado y aplazo la cita de comprar, para otro día. Me llevo a casa, se tumbo conmigo en la cama, mientras yo derramaba lágrimas de agonía por el amor roto que me había provocado Edward. Menos mal que Alice me entendía, me dejo llorar y llorar, hasta que me quede dormida del cansancio y note como me arropaba y se quedaba conmigo en la cama.Era mi mejor amiga y esta conmigo en todo. Incluso cuando me dieron una noticia, que no sabía hasta que punto era buena o mala.Yo era la elegida para irme a París. Iba a formar parte de la compañía nacional de danza clásica de París. Había conseguido mi sueño. ¿ O quizás mi pesadilla?
continuara...dejen sus comentarios

16/10/09

Capítulo 20.-Animales

AQUI OS DEJO EL PROXIMO CAPITULO XK NO VOI A PODER ACTUALISAR MAÑANA
ADVERTENCIA: esta novela no es mia,, yo nola escribi ok,, aki no hay nada de vampiros licantropos ni nada de eso,, todos son humanosy lo mas importante tiene algunas partes puessubidas de tono XD asi ke ustedes saben si la leen o no ok bueno espero ke les guste
SUPER HOT
SUPER HOT
SUPER HOT
PICANTE PICANTE xD
SUPER HOT XD
Capítulo 20.-Animales
Allí estaba Edward, guardando la ropa en su armario, de espaldas a mi y sus boxers, se veían nuevos le quedaban muy bien en ese trasero que tanto me gustaba. Se giro al notar que ya había salido del baño. Por delante estaba mejor, era obvio. Su cuerpo descubierto solo tapado por su calzoncillo de Calvin Klein azul, que le quedaba realmente bien.Su voz ronroneo cuando me vio. Su mirada se torno negra de deseo por mi.-Edward.-le dije lo más sensual que pude.-¿Te gusta tu regalo de cumpleaños?-le dije mientras hacia posturas y me giraba para que viera todo mi atuendo.La verdad el conjunto de lencería que llevaba era bastante sencillo, pero sexy. Era un sujetador de raso y puntilla lencera que tapaba de forma mínima, un poco más que el pezón. Además llevaba también un tanga bastante pequeño, de raso. Todo era de color azul y me había dado cuenta que íbamos del mismo color.Edward me miro, mientras se mordía el labio y se pasaba su mano por su miembro, destacando que este estaba empezando a crecer considerablemente. -Alice trajo esta mañana tus cosas.-dijo mientras se acercaba a mi.- Me dijo que te dijera, que miraras aquello que te había puesto allí.Antes de que me tocara, lo empuje en la cama y lo deje allí, con ganas de poder tenerme con él. Hice caso a lo que se supone que Alice me había dejado en la mochila y allí vi que me había dejado algo así como dos pañuelos largos y me había dejado una nota: “Juego a ser policía”. No me lo podía creer, esos pañuelos eran para atar a la cama a Edward.-Cariño.-dije cogiendo las esposas improvisadas.- Ahora vas a pagar el haberme dejado una semana entera sin ti.-dije acercándome a su cama, donde él estaba tumbado con las manos tras la cabeza, esperándome.Me subí encima de él, poniendo cada una de mis piernas al lado de su las suyas. Vi que sus manos iban directas a tocarme, pero las cogí antes para atar cada una de sus manos al cabecero de la cama.-¿Qué pretendes?.-me dijo Edward con voz ronca y muy sexy.- ¿Volverme loco a estas horas de la madrugada?Me acerque a su oído, aprovechando para rozar nuestros sexos por encima de la ropa por el movimiento de inclinación y le susurre un leve si, seguido de un mordisco en el lóbulo de la oreja. Eso hizo estremecer a Edward e intentar mover las manos, pero no se acordaba de que sus manos estaban ligadas al cabecero, moviendo este levemente. A mi también me estaba volviendo loca su cara y sus gestos. Sus suspiros y sus leves jadeos. Además su sexo estaba cada vez más grande y yo lo había echado mucho de menos.Me acerqué a su boca con verdadera intención de besarlo, de forma lenta y pausada, pero a él, mi lentitud le ponía de los nervios, así que cuando noto mi respiración cercana a la suya, alzó la cabeza, lo poco que le permitía el movimiento con sus brazos atados. Ese beso se volvió cada vez más pasional y excitante. Su lengua y la mía jugaban a un juego sin fin, con intención de seguir aquel momento pasional. Pese a estar atado por las manos, sus piernas quedaron libres, por lo que las movió, flexionando las rodillas, lo que provoco que su gran miembro se clavara en mi sexo, necesitado de las caricias que provocaba su cuerpo en mi. Al hacer ese movimiento, también provoco que yo me moviera y mis pechos quedaran a la altura de su pecho.-Quitate el sujetador.- no me lo pidió como un favor, si no que fue una orden. Sabía que quería poder besar mis pechos y yo quería sentir sus labios y su lengua en todo mi cuerpo.Sin mover mucho mis pechos de su cara, mi sujetador desapareció y Edward no tardó ni un segundo en poseer mis pechos con su boca y su lengua. Mis primeros gemidos y jadeos pronunciados empezaron a salir de mi boca y los de Edward tampoco se quedaba cortos y más, cuando él seguía disfrutando de mi pecho y yo empece a mover pronunciadamente mis caderas alrededor de su sexo. -Bella, desatame.- me dijo pidiendo por favor.- Necesito tocarte.Me reí de forma malévola y me quite de encima de su cuerpo, haciendo que Edward gimiera de tristeza. Mi mirada fue a parar a su sexo, más duro y abultado que nunca, lo necesitaba tener entre mis manos y en otras partes de mi cuerpo. Me puse entre sus piernas y coloque mis manos en su trasero, empezando a bajarle ese boxer que tanto me había gustado. Cuando se quedo completamente desnudo ante mi, no dude en directamente coger su miembro con mis pequeñas manos ante aquel gran compañero de viajes.Edward gimió cuando noto que yo empezaba a mojar su sexo con mi boca, cuando me lo lleve poco a poco a la boca, empezando por su punta y poco a poco, y cada vez más. porque empezó a hacer movimientos de cadera hacía arriba, cada vez más rápido, pero de repente paro y lo que sentí, me dejo impactada. No podía ser posible...pero me encanto su gesto. No sabía como, pero sus manos estaban sueltas, y se habían colocado en mi cabeza, cogiendo mi pelo, para guiarme como el quería. Me estaba encantado aquello que le estaba haciendo y a él, también.-Ahhh...Bella, sigue, sigue.-dijo gimiendo como un poseso.- Estoy apunto.-aquello me encanto, me encantaba saber que aquello le gustaba y que yo le hacia sentir aquello.- Ahh, ohhhh, Be...Bella.-dijo todo gimiendo y hablando con una voz ronca. Edward llegó al orgasmo, mientras yo seguía allí, esperando algo también, pero aquel no era mi cumpleaños.Después de eso, Edward no me dejo respirar, porque me giro en la cama y me arranco de un tirón las bragas, que descubrí que había roto. Ahora estábamos los dos en igualdad de condiciones , desnudos y él me estaba dando placer a mi.Sus labios me besaron urgentemente, con pasión y desenfreno, mientras una de sus manos fue bajando por mi cuerpo. Se paro en el pecho, y lo acarició con fuerza, mis gemidos lo estaban volviendo loco y volviendo a excitar. Sus manos bajaron hasta mi sexo, y cuando note dos de sus dedos en mi interior, mi espalda de arqueo y él ser rió al ver lo que hacía, dejando mi boca abierta, con un jadeo que se quedo en mi garganta. Pero Edward hizo que ese jadeo, convertido en gemido, bajando su lengua, desde mi boca hasta mi sexo. Empezó a lamer como si se le fuera la vida en ello, mientras seguía dándome placer con los dedos. En unos segundos, llegue, al igual que había conseguido él. Pero después de aquello, no me dejo descansar. Cuando yo estaba recuperando mi respiración, Edward me cogió por la cintura y me puso de tal forma, que yo quede tumbada boca abajo y él detrás de mi, cogió los pañuelos y me ato él las manos, dejándome indefensa ante él. Me coloco el las piernas como quería, me hizo el amor como un auténtico animal. Cuando note su sexo entrando en mi, en aquella postura, no pude evitar gemir, prácticamente gritar. Aquello me estaba haciendo disfrutar como nunca con el sexo. Edward cada vez iba más rápido, cogía mi cintura y cada vez sus gemidos, sus manos y todo su ser eran mas impacientes y rápidas. Notaba todo su cuerpo detrás de mi, sudando y temblando, junto al mio. Ambos llegamos de nuevo al orgasmos, gimiendo como dos auténticos animales en celo.Caímos los dos en la cama, respirando agitadamente y casi ahogados. Su cuerpo y el mio estaba completamente sudado y cuando nos miramos, los dos sonreímos y abrazados, dimos un último vistazo al reloj. Ya estaba amaneciendo. Habíamos estado cerca de dos horas, allí en su cama haciendo nuestras travesuras animales. Caímos los dos en la cama, y nos dormimos en cuestión de segundos.
Capítulo 21.- Situaciones
Al día siguiente, cerca de las 12 del mediodía, un gran haz de luz me atravesó los ojos, haciendo que me despertara. De repente, Edward también se despertó bruscamente, por un fuerte sonido que indicaba que alguien había subido la persiana.-¡Mama!-dijo Edward cuando entreabrió un poco los ojos y la vio allí delante, con cara de enfado y con los brazos en forma de cuenco.-¡Queremos dormir!-Haberlo pensado antes de estar ayer dos horas tan pesados.-dijo con cierto tono de vergüenza.- Nosotros también queríamos dormir y no podíamos.Entonces me acorde de a que se refería. Edward y yo habíamos estado dos horas la madrugada pasada jugando como dos auténticos animales y no nos habíamos acordado que no estábamos solos. De la vergüenza que sentí en aquel momento, cogí con fuerza el nórdico y me lo subí, hasta tapar prácticamente toda mi cabeza.Nos quedamos allí tumbados, con intención de dormir un poco más, pero su madre no nos dejó, pero si nos quedamos un rato más tumbados. Edward me abrazó y pudimos los dos notar, que estábamos desnudos. Me reí y vi que Edward estaba haciendo el tonto. Se estaba haciendo el dormido, como si estuviera roncando con la boca abierta. Me acerqué con intención de darle un beso en el labio inferior, pero Edward empezó a hacerse el gracioso, cerrando la boca de golpe, haciéndome daño e incluso sangre.-¡Ahhh!.-dije apartando mi boca de la suya y tocándome el labio.- ¡Me has hecho daño!¡Mucho daño!-Perdón.-dijo abrazándome y dándome besos en la cara y acercándose a mi boca.- Perdón, de verdad, no era mi intención hacerte daño.-Calla, aquí la única que tiene que pedir perdón soy yo. No debería haberte montado aquella escena. Perdón, de verdad.-dije dándole un gran beso, haciendo que se callara, para seguir besándolo hasta que decidimos irnos a la ducha, por separado, no queríamos montar otro escándalo y que su madre se volviera a enfadar con nosotros.Cuando terminamos de ducharnos, nos vestimos y bajamos a desayunar, y después teníamos pensado irnos a dar un paseo, ya que Edward por fin me iba a enseñar aquel coche que tenía oculto, para que yo no reactivara mi pensamiento que tenía hacia él, de niño mimado y arrogante.-¿Qué tal se lo pasaron?.-dijo su padre cuando nos dio dos tazas para servirnos.- ¿Habéis dormido bien?.-dijo con un tono de humor-¡Carlisle!No es para tomárselo a broma. Fue un acto vergonzante y deberíais haber tenido más tacto¿Más tacto?, pensé recordando la noche anterior...eso era imposible. De repente note como mis mejillas se tornaban rojas al recordar la noche y el ruido que habíamos hecho. Además, el que Edward estuviera atado, provoco que se moviera más la cama y diera contra la pared y el suelo-Perdonar.-dijo Edward también avergonzado.- No volverá a pasar. Perdimos la cabeza y no nos dimos cuenta-Eso espero y ahora, venga. Carlisle mi vida, deja a los niños y vamos a recoger todo el estropicio de la sala de baile-¿Os ayudamos?.-pregunte dispuesta a hacer algo para que olvidaran lo de la noche anterior. ¿Cómo no nos dimos cuenta?-No hace falta.-dijo Esme riéndose.- Iros por ahí a retozar como dos animales.- esta vez lo dijo con un tono de humor, que hizo que yo me avergonzara y ocultara mi rostro en el pecho de Edward, que me recibió con los brazos abiertos.Desayunamos mientras nos mandábamos miradas cómplices de amor y de deseo, hasta que no pude más y se lo deje claro-¡Ya vale!-dije saltando de la misa, provocando el derrame del contenido de la taza.- ¡Es que no sabes que no puedo resistirme a tus miradas!¿No te quedo ayer bien claro, que estoy a tus pies?¡Mira lo que hicimos!¡Ayer nos acostamos, dejamos surgir nuestra pasión y mira, si no nos ha oído todo el vecindario, incluso Emmett y Rosalie, ya puedes ir jurando!-Bella, ayer no nos acostamos.-me dijo cuando sentí sus manos en mi cintura.- Esta noche, lo que hemos hecho es pegar un buen polvo como debe ser.De repente mi cara se torno de color carmín, volviéndose cada vez más y mas colorada, hasta volver a su color normal.Le pegue un puñetazo en el brazo a Edward, haciéndome un poco de daño y nos fuimos de su casa, hasta la mía con su cochazo. Era un Lamborghini Murcielago y por supuesto, en color negro.Me quede de piedra cuando le dio a la llave y las puertas se abrieron para arriba. Aquello ya supero todos mis pensamientos sobre él.Una semana después, tras pasarla bailando y con Edward, además de con mis amigos, era sábado de nuevo. La semana después del cumpleaños de Edward, había sido normal, incluso aburrida. En clase, cada vez nos pedían cosas más complicadas, que exceptuando en clásico, a mi me costaban pero para algo nos ayudábamos mutuamente. El final de ese primer año estaba cada vez más cerca y realmente aquello simple era una preparación para todo lo que nos esperaba fuera. A mi ya me habían dicho que debería entrar en el conservatorio de baile, en París, Francia, pero aquella no era mi idea. Yo no quería moverme de Estados Unidos y mucho menos quería dejar a mis padres aquí, sobre todo a mi padre, que estaba sólo en Forks.Pues ese sábado, Edward no me había llamado, no me había mandado un mensaje y ya era bastante tarde, cuando tocaron el timbre.-¡Rose!.- dijo Alice que fue la que abrió.- ¿Qué hacéis por aquí?.-miro sus caras y Alice gritó.-¡Claro pasar, vamos a pasar una tarde estupenda!Cuando vi que Rose y Emmett estaban en casa, para pasar la tarde juntos y Edward no había venido, me extrañe.-Rose, ¿dónde esta Edward?.-dije triste sentada en el sillón.-¿Porqué no ha venido?-Edward se estará recuperando de la fiesta que tuvisteis el sábado pasado.-dijo Emmett mirándome con cara de chiste, y ese comentario provoco la risa de Rose.-Anda que os cortáis.-dijo esta.- Ya nos contó mi tía, que no les dejasteis dormir.-¿De que va eso?.-dijo Alice tras oír toda la conversación-Nada.-dije avergonzándome. De esta me iba acordar toda la vida y a partir de entonces, Edward y yo únicamente mantendríamos sexo, cuando estuviéramos solos y alejados de la gente.-¡Contar ahora mismo!.-dijo Jazz animándose también a entrar en la conversación.- Emmett te apuesto 20$ a que Alice le dio la genial idea de jugar a ser policia.-dijo mirando a Alice con verdadera mirada lasciva.-¡Bueno ya vale el reírse a nuestra costa, y encima cuando Edward no está para defenderse!.-dije poniéndome de pie.- ¿Me vais a decir donde esta Edward?-Si, venía con nosotros, en su coche, pero de repente de desvió y nos mando un mensaje diciéndonos que ahora después venia, que tenía que ir al barrio.¿Al barrio? Me pregunte en mi mente, aquello no tenía ninguna pinta de ser bueno. Corriendo me puse unas zapatillas de deporte, una chaqueta y le cogí las llaves del coche a Jazz, tenía el permiso pero aquí no tenía mi coche.-¡Cuidame el Ferrari!.-dijo antes de cerrar la puerta dejando de oír sus voces.Baje corriendo hasta el coche de Jasper, tropezando varias veces, pero tuve la buena suerte de no caerme en ningún momento. Después me daría un premio a mi misma, ahora no tenia tiempo. Algo se estaba cocinando en mi loca cabeza llena de pensamientos y no era nada bueno. En cuestión de pisar levemente el acelerador, el coche se puso a 120km/h. No sabía conducir un coche con tantos caballos. Me costó llegar hasta el famoso barrio, en aquel momento un poco vacío, pero me dirigí al club donde me había llevado Edward la primera vez y allí estaba su Volvo plateado. Justo delante de la puerta.Aquello no tenía buena pinta.
CONTINUARA.............

Capítulo 18.-Una semana sin ti. Capítulo 19.-La fiesta

ADVERTENCIA: esta novela no es mia,, yo nola escribi ok,, aki no hay nada de vampiros licantropos ni nada de eso,, todos son humanosy lo mas importante tiene algunas partes puessubidas de tono XD asi ke ustedes saben si la leen o no ok bueno espero ke les guste



Capítulo 18.-Una semana sin ti.Al día siguiente, cuando me desperté me di un gran susto, porque Alice tenía su cara pegada a la mía y di un salto cuando la vi. Alice subió la persiana y un rayo de luz me dio en toda la cara, era el sol que lucía como nunca en Seattle, la primavera había llegado.-¿Qué quieres Alice?.-dije tapándome con el nórdico y la almohada.-Ayer Edward me llamó y me contó lo que había pasado. ¡Me parece muy fuerte la escena que le montaste!-Ya lo se, se que me pase y me he tirado toda la tarde de ayer llorando, así que no me lo repitas.-Se que le tengo que pedir perdón y lo se todo, ¿eso querías oir?-No, han dejado algo para ti en el buzón, lo he cogido cuando Jasper me ha traído.Me levanté y Alice me miro con mala cara, al ver la mía.-Se nota que has estado llorando, ojos rojos, ojeras. ¡Levantate!¡Tengo que arreglarte!-Alice, no y dame eso que han dejado en el buzón.Se acercó a mi y me dejo una rosa con un pequeño sobre en la cama. Alice me dejó sola, para poder ver de quién provenía aquello.Cogí la preciosa rosa roja, y el sobre de color dorado, lo abrí y dentro había una pequeña nota, con su también perfecta caligrafía.“Pese a todo, eres la rosa más bella de todas, como tu nombre indica. Edward”Aquello me fascinó como todo lo que hacía por mi, aquellas sorpresas que cada día hacía que fuera especial y lo amara más.Me levanté de un salto de la cama, me metí en la ducha y me arregle en cuestión de media hora, dejando a Alice intervenir y que me arreglara un poco.Cuando llegue justa a la academia para entrar a la primera clase, mis ojos no pararon de buscarlo desesperadamente, pero no llegó a ninguna de las horas de clase. Cuando salí de clase, fui a por Rosalie que suponía que estaría en el salón de teatro.-Rose.-la llame cuando salía de clase.-¿Sabes algo de Edward? No ha venido a clase, estoy preocupada-Si, no ha podido venir y faltara algún que otro día por el montaje de la fiesta de su cumpleaños.-dijo mirándome.- Mi tía que es muy perfeccionista-Gracias, me estaba empezando a preocupar de verdad. Ayer discutimos por mi culpa y bueno, pensé que le había pasado algo o no se.-le dije angustiadaMe sonrió y me dijo que no me preocupara, que estaba todo bajo control, me fui hacía mi taquilla para recoger lo que me había dejado allí la semana anterior. Cuando abrí la puerta, allí me encontré otra rosa igual a la que esta mañana había en mi buzón, esta solo traía una pequeña tarjeta, que simplemente ponía un sincero te quiero.Necesitaba ver a Edward y decirle que lo sentía, que lo quería y que no me iban a volver a dar ninguna rabieta más de celos estúpidos.Pero no lo vi en toda la semana, no dio señales de vida por la academia y mi móvil no sonó ninguna vez con la canción que tenia puesta para sus llamadas. A lo largo de esos 5 días, lo único que supe de él, era aquello que me ponía en las tarjetas que me enviaba día a día con una rosa. Cuando lo viera, le iba a devolver todas esas rosas, una a una y con verdadero amor.Lo único que sabía de Edward, era aquello que me contaba Jacob, que había venido para trabajar en la fiesta de Edward, de camarero y de montador para las luces, el equipo de música y en fin, todo lo que tenía que ver con la fiesta. Cuando llego el sábado, Alice me levantó bastante temprano y me dijo que iba siendo hora de que nos empezáramos a arreglar. Ella y Jasper también estaban invitadas, así que no me iba a perder una mañana entera de arreglos y también de relajación.A eso de las 8 de la noche, Alice y yo estábamos prácticamente listas, solo nos faltaba vestirnos y esperar a Jasper.Alice me había arreglado el cabello, con las tenacillas, dejándolo suelto. Mi maquillaje era muy suave, con un toque de colorete, de rimmel y de brillo de labios. Alice siempre hacía sus trabajos de maquillaje y de estilismo perfecto. Para mi había elegido un vestido azul petróleo, era de tirantes finos, con un escote bastante prominente. Era estrecho hasta la cintura, después caía con vuelo hasta las rodillas. Era muy parecido a aquel vestido que me había puesto para ir a bailar salsa al famoso local cubano. Los zapatos que Alice había elegido eran unas sandalias de tacón, también azules.En cambio Alice, había elegido llevar su cabello corto con las puntas cada una mirando hacía una parte, su maquillaje también era suave y su vestido era de color granate, ella lo había elegido de estos, llamados de tubo, escote palabra de honor y estrecho hasta las rodillas, con un corte por detrás, para dejar un poco de movimiento. Además el vestido llevaba un lazo negro por debajo del pecho y sus zapatos, eran peep toes negros.
Cuando terminamos de arreglarnos, Jasper nos esperaba en su coche para ir a la fiesta.-¡Bella!-me dijo Esme cuando nos vio.-¡Estas preciosa!¿Estos son tus amigos y ahora también de mi hijo?-Así es.-dijo Alice adelantándose a mi.- Soy Alice, la mejor amiga de Bella y el es mi novio, Jasper y si, somos amigos de Edward. Por cierto, tienes una casa preciosa.-dijo Alice muy simpático. Esta chica no cambiaba-Muchas gracias, pasar. Y Bella, no te preocupes, Edward no esta enfadado contigo.-me dijo haciéndome una pequeña caricia en el brazo.La fiesta se iba a celebrar la sala de baile propia de Edward. Cuando entramos, directamente vi a Emmett con los platos de música y a Rosalie por ahí vagando, ya que la mayoría de los invitados eran familiares y amigos. Estuvo buscando con mi mirada, la mirada esmeralda de Edward, pero no lo encontré, necesitaba verlo, después de estar una semana sin él. Pero de repente, mis ojos se vieron tapados con otro imagen diferente. Mi mejor amigo y mi ex novio estaba delante de mi, con una gran sonrisa.-¡Bella!-dijo dándome un sonoro beso en la mejilla, mientras hacía malabarismo con la bandeja de copas de cava.- ¡Estas preciosa!-Gracias Jacob.-dije sonriéndole.- A ti te sienta muy bien ese traje con pajarita.-me reí de su cara.-Es lo que tiene. Estos pijos querían que me pusiera esta ropa.-dijo poniendo cara de asco.-Jacob, no son pijos.-dije defendiendo a mi novio y su familia.
-Por mucho que ese tal Eddie sea tu novio, es así. Son todos una panda de pijos y tu te estas convirtiendo en una de ellos.-Te estas pasando.-cogí una copa de su bandeja y me aleje, llamando a Alice y Jasper, ya que quería presentárselos a Rosalie y Emmett.-¡Bella!-dijo Emmett, cuando me acerque a él y dejo de pinchar la música, dejando un disco girando.- ¿Qué tal?-Muy bien.- en ese momento Rose se unió a nosotros y ahí fue cuando Alice y Jasper empezaron a hacerse amigos, y esa idea me gusto.Al poco rato, ya estaba harta de estar esperando a que Edward viniera, no me creía que tardara tanto en arreglarse, no era tan coqueto, pero en aquel momento tuve que dejar de pensar, ya que mi Dios de ojos esmeralda, apareció por la puerta, seguido de sus padres. Era el más bello de los humanos. Tuve que recordar como se cerraba la boca para que no se me cayera la baba.Capítulo
19.-La fiestaY ahí estaba yo, esperando a que Edward dejara de saludar a todo el mundo y se acercara a mi, tenía unas ganas enormes de darle un gran abrazo y un beso después de dejarme una semana sin sus preciosos labios, aunque me lo merecía y tenía que pedirle perdón. No podía soportar, tenerlo tan cerca y no poder besarlo y tenerlo entre mis brazos, iba demasiado sexy, con un pantalón de traje negro y una camisa blanca, metida por dentro del pantalón. No llevaba un traje completo ni corbata, eso no le gustaba mucho.
Necesitaba tenerlo entre mis brazos, así que dio comienzo mi regalo de cumpleaños.Me acerque a Emmett, que estaba de nuevo con la música y le pedí que pusiera una música en especial, que ya le había dejado días anteriores.La música empezó a sonar y yo me acerque por detrás, le di un toque en la espalda y él se giro, sorprendido por el tono de música que había en ese momento y al verme a mi.- Señorito cumpleañero,¿me permite un poco de su tiempo?.-le dije tendiéndole mi mano.No me dijo nada, solo cogió mi mano y me llevo a la pista de baile. Esa noche me lo quería comer a besos.(La escena del baile, es la siguiente y quiero que os imaginéis a Bella y a Edward en ella, y todo el momento de la chica, sería con Edward.). http://www.youtube.com/watch?v=poS3kJqMtewAl final, al quedarnos tan pegado, ni Edward ni yo pudimos evitar darnos un beso, que nos hizo olvidarnos que no estábamos solos. Cuando se separo de mi, por la interrupción de Emmett, cambiando bruscamente la música y diciendo algo que oímos, me cogió la cara y me miro a los ojos, todavía muy cerca de mi.-No sabes lo que te he necesitado estos días.-me dijo susurrándome.- No me voy a volver a separar de ti tanto tiempo.No le deje decir nada más, cogí su cara y la acerque a la mía para poder besar esos labios que tanto había echado de menos, que tanto necesitaba y que me respondieron con muchísimo gusto. Pero ese momento se vio completamente estropeado, cuando se oyó un gran estallido en la sala
Al separarnos, vimos que Jacob había tirado su bandeja de copas, haciendo que todo el mundo lo mirara.-Estúpido ex novio que tienes, no sabes la fiesta que me esta dando.-dijo cogiendo mi mano y acercándose al estruendo.- Tu, si estas trabajando aquí, es gracias a Bella, así que comportate y ten un poco de respeto.-dijo agarrando mi cintura.- Y lo siento, Bella es mi novia y le beso cuando me plazca.Nos fuimos de allí y yo me quede impactada por lo que Edward le había dicho, pero preferí dejar el tema para después, quería disfrutar a fondo de mi novio y nadie me lo iba a estropear. Excepto ella.-¡Eddie!.-dijo la tal Tanya corriendo hacia él, empujándome y colgándose de su cuello.- ¿Qué tal sientan los 20 años?.-dijo dándole un sonoro beso en la mejilla.- Por cierto una fiesta fantásticaEdward se separo de ella con el mejor tacto posible, me cogió a mi.-Tanya, te presento a Bella, es mi novia.-dijo con una gran sonrisa en la cara.-¿Tu no eres la chica que fue un día con el al club?.-dijo con cara de muchísimo asco.- Encantada.Tras decir aquello se fue de allí.-Tranquila mi vida.-me dijo dándome un leve pico.- Ven, voy a presentarte a la familia.Así estuve la mayor parte de la noche, dándole besos a todo el mundo y de vez en cuando bailando con Edward, principalmente canciones lentas. Cuando me dejaba con Alice, Jazz, Em y Rose, porque el iba a hacer de anfitrión, no podía dejar de mirar lo hermoso que iba.
Con esa ropa que le marcaba muy bien el culo, la camisa que se pegaba a su pecho musculado. Una de esas estaba tan embobada, que oí como Alice y Rose, que habían congeniado enseguida, me sacaron de mi ensoñación, con leves risas y cuchicheos.-Bella, por favor, le voy a ver hasta sus partes pudientes a mi primo, como lo sigas desnudando con la mirada.-dijo Rose riéndose, se le veía colorada y un poco contenta, después de empezar la ronda de copas. Jasper y Em, también se hicieron amigos enseguida y no paraban de hacer tonterías y apuestas sobre cosas muy estúpidas.Tampoco podía apartar mi mirada de la lasciva mirada que Tanya tenía sobre mi novio y mucho menos cuando estos se pusieron a bailar juntos. Al final, termine con mi copa en el suelo-Bella.-me dijo Alice, calmate.- Nosotros nos vamos a ir yendo.-dijo riéndose y Jazz más de lo mismo.- Estamos ya un poco pasados.Alice y Jasper se fueron y yo ya tenía claro donde pasaría la noche, sino no podría darle mi regalo a Edward.Cuando la gente empezó a desaparecer, eran cerca de las 4 de la mañana y yo ya estaba agotada. Me dolían los pies y empezaba a aburrirme, aguantando junto a Edward a los últimos invitados.Dio por finalizada la fiesta y con ayuda de los camareros, recogimos levemente el salón de baile.-Bella, ¿nos vamos?.-me dijo Jacob cuando había terminado todo.-¿Perdón?-le dije cuando me iba a ir con Edward hacia la casa.-¿Donde nos vamos?-A tu casa. Esta noche dormire allí, no tengo otro sitio.
-Si claro, lo tenía pensado.-dije sacando de mi bolso la llave del piso y dinero para que se pagara un taxi.- Pero yo no voy a dormir a casa, tu puedes echarte en mi cama.-le dije despidiéndome de él.- Pide un taxi. Por cierto, en dos semanas tengo pensado ir con Edward a Forks, nos pasaremos por la Push.-De acuerdo.-dijo mirando con cara de asco a Edward y este lo mismo.- Buenas nochesCuando por fin se fue, Edward apagó la luz y cerro la puerta del salón. Me cogió en brazos y me llevo hasta la puerta del jardín que daba al salón. Sus padres hacía unos minutos que habían llegado a casa y estaban en el salón esperando a que llegáramos.Me dejo en el sofá del comedor, donde estaba su familia. Corriendo me quite las sandalias y me puse a masajearme los pies, pero Edward ocupo mi lugar. Al poco rato, me volvió a coger en brazos y me llevo hasta el cuarto. Yo me estaba quedando dormida, pero no podía, tenia que darle su regalo a Edward.Cuando llegamos, Edward encendió la luz de su mesita de noche, que le daba justo el toque que yo quería para mi sorpresa.-Voy al aseo.-le dije apoyando una rodilla entre sus piernas y cogiendo su cabello para que me mirara a los ojos. Le di un beso.- Esperame.-Claro que si.-me dijo mientras se desnudaba.Fui al aseo para arreglar mi sorpresa. Me quite el vestido y lo deje allí en el servicio. Me coloque el pelo en su sitio y me mire al espejo. Me veía sexy y Alice hacía milagros, ya que mi maquillaje no se había movido ni un pelo.
No sabía si aquello le iba a gustar a Edward, pero esperaba que si y además, llevaba 5 días sin saber nada de mi y suponía que necesitaba tenerme entre sus brazos y hacerme suya.Salí del baño, esperando que la reacción de Edward fuera buena. La mía si lo fue.
continuara..
proximo capitulo
muy pero k muy hot i picante jeje xD
espro k os aya gustado
dejar comentarios jeje

13/10/09

Capítulo 16.-Eres mi estrella Capítulo 17.-Primera riña

ADVERTENCIA: esta novela no es mia,, yo nola escribi ok,, aki no hay nada de vampiros licantropos ni nada de eso,, todos son humanosy lo mas importante tiene algunas partes
puessubidas de tono XD asi ke ustedes saben si la leen o no ok bueno espero ke les guste
HOT
HOT
Capítulo 16.-Eres mi estrella

-Bella.-me dijo levemente, susurrándome al oído un rato después de haberme quedado un poco dormida.- Todavía no había terminado de darte mi sorpresa, pero te has quedado dormidaRonronee y abrí los ojos y vi los ojos esmeralda de mi vida mirándome tiernamente. Me dio un beso en la nariz y me cogió como un bebe, bajando las escaleras. Me tumbó en la cama y me dio una camiseta tuya.-Tengo algo para ti.-me dijo con un papel grande enrollado en su mano. Se sentó a mi lado, después de que me cambiara.- Esto es para ti.Me dio el rollo y desaté el lazo rojo que traía. Lo abrí y aquel papel, era un certificado de que una estrella de la constelación llevaba mi nombre. Aquello si que no me lo esperaba y me dejo de piedra.-Esto...-mire a Edward que sonría solo con los labios, volví a mirar el papel.- ¡Esto es increíble!Cogí la cara de Edward con una mano y la acerque a la mía, para besarle suavemente. Me apartó de él después de estar un buen rato besándonos cada vez más suave, hasta que solo nos dábamos picos.-Vamos a dormir.-me dijo Edward quitándose la ropa y metiéndose conmigo en la cama.- Te estas quedando dormida-Si.-le dije con voz pastelosa, de estar apunto de caer redonda.-Buenas noches mi vida.-me dijo Edward después de abrazarme y darme un beso en la frente, antes de quedarme dormida.

Al día siguiente, me desperté llamando a Edward, pero no me contestó, me moví y me di cuenta de que no estaba conmigo en la cama. Me quede un momento en la cama, recordando todo aquello que había hecho por mi Edward. Al rato me termine sentando en la cama, oliendo las mangas de la camiseta que me había prestado Edward y olía a él. Cerré los ojos y me dije que me quedaría en la cama hasta que él viniera, pero al rato, apareció Esme.--¿Bella?-me dijo subiendo la escaleras.-¿Estas despierta?.- Esme venía con una bandeja con un estupendo desayuno.- Espero que te guste lo que te he preparado. Edward me había dicho que no te molestara.-me puso la bandeja en la cama.- Pero no te podía dejar sin desayunar.-Muchas gracias Esme, tiene todo una pinta estupenda.-dije mientras miraba la bandeja y vi que aquel manjar tendría que ser de reyes.-Además me gustaría hablar contigo, sobre mi hijo.-dijo sonriendo, Edward había sacado su sonrisa.- No se si lo sabrás pero mi hijo nunca ha tenido nada tan serio como tu. Se que eres muy importante para él y no me gustaría que le hicieras daño.-Nunca lo haré, yo siento lo mismo por él.-dije sonriendo abiertamente.- No se como lo podría dañar.-No se, pero se le ve feliz y eso es gracias a ti. La única chica que le he conocido es esa tal Tanya y nunca me había gustado.-me dijo poniéndose sería.- Era una chica con mucha picardia y nunca me ha gustado y menos cuando Rosalie me contaba lo mal que lo pasa mi Edward.- se veía que quería demasiado a su hijo.- Además, tengo que decirte que mi hijo parece muy mimado, pero no lo es tanto.-dijo refiriéndose a todo lo que tenía.- La mayoría de las cosas que tiene, se las ha pagado él, ha trabajo desde joven, sobre todo en verano.No sabía nada de todo lo que me estaba contando y eso me hizo decidir, que iba siendo hora de que Edward me contara más sobre su vida.-¿Mama?-dijo Edward que de repente había aparecido en la habitación, con mi mochila y mis cosas.- Te dije que no la molestaras.-No pasa nada.-le dije sonriendo a Esme y ella a mi.- Hemos estado hablando, además me trajo el desayuno, que esta riquísimo.-Muchas gracias Bella, ya te he dicho, eres un encanto y eres perfecta para mi hijo, si él lo quiere así.-dijo mientras acariciaba el brazo de Edward.- Os dejo solos.Cuando se fue, sonreí a Edward y estiré mis brazos en señal que quería sus abrazos. Se tumbó encima de mi, pero yo debajo de las sabanas y él encima.-Mmmm, ven aquí.-le dije para que se metiera conmigo en la cama.- ¿Donde has estado?.-le pregunte cuando paramos de besarnos.-En tu casa.-dijo riéndose y apartándose de mi.- ¿No te apetece un baile?-¡Si!.-dije saltando de la cama y cayendo al suelo, donde me recogió riéndose de mi.Me cambie de ropa, mientras la lasciva mirada de Edward no me quitaba los ojos de encima. Me puse unas medias y un mallote, me hice una coleta, dejan mis rizos caer a través de ella. Cogí mis puntas y Edward y yo nos dirigimos a bailar. Esta vez, no dimos ningún tipo de clase particular, simplemente yo me deje llevar por la música que él había puesto, que realmente eran composiciones suyas.Baile como si no hubiera bailado desde hacía siglos. Cuando pare, termine enfrente del espejo y Edward vino hacía mi, con una botella de agua.
-Las trajo mi madre, que por cierto, dice que bailes de maravilla, no sabe que haces aquí, que no estas en Europa y yo le he dicho, que si no, no te habría conocido.Le sonreí y de repente, alargo su mano hasta mi cintura y me acerco a su cuerpo posesivamente.-Te quiero.-me dijo Edward al oído con una voz sexy que me ruborizó.- Y además, tengo ganas de mis besos.-dijo dándome un leve beso.- De tus caricias, de tu cuerpo y de todo tu ser.No me dejo decir nada más. Sus manos vagaron por mi cuerpo, hasta llegar a mis muslos, que cogió para poder alzarme. Me besaba el cuello y mis piernas se enredaron detrás de su espalda. Aquello era igual que mi sueño, solo que era real, más real que nunca.Vi como Edward se desesperaba al intentar desnudarme rápidamente y ya me daba igual que nos pudiera pillar su madre o quien sea, solo quería sentirlo. Me puso en el suelo y me desnudo lo más rápido que le permitía mi ropa. El ya estaba completamente desnudo, por mis manos no pararon quietas en ningún momento y ya estaba completamente desnudo. Esa escena frente el espejo era demasiado excitante y fetiche, pero no pense en eso, si no en disfrutar como una loca con Edward ayudándome.-Te juro que como te vuelvas a poner esta ropa cuando quiero hacerlo contigo.-me dijo después de conseguir quitarme la ropa.- Cojo unas tijeras y rajo la ropaHice que dejara de hablar, cogiendo su cuello y acercándolo a mi, para poder deleitarme con sus labios. En poco tiempo lo note dentro de mi.
Sus embestidas me estaban llevando al placer supremo. Edward me volvía loca en todos los sentidos y no me importaba, ya que lo amaba a él y todo su ser.-Me encanta.-me dijo con una sonrisa picarona cuando miro al espejo y vio la escena de como hacíamos el amor en la sala de baile.- Uff...ahhh...-dijo cuando cogí su trasero hincándole las uñas.

Capítulo 17.-Primera riña
Edward me giró dejándome a mi llevar aquel momento. Mis caderas se movían cada vez en diferentes posiciones y más rápido, haciéndonos gemir a los dos, con gemidos roncos y desesperados. En el último momento, de su garganta salió un gruñido animal, a la vez que quedaba muerto en el suelo de madera, seguido de mi profundo suspiro, intentando recuperar mi respiración. Me quede tumbada encima de Edward y él en el suelo, mientras sus manos hacían dibujos en mi espalda, me dibujo un corazón, me escribió te quiero y cada vez que sus manos hacían eso, a mi me daba cosquillas. Pero aquel momento acabó cuando mi móvil empezó a sonar entre mis cosas. Salí corriendo desnuda hasta cogerlo mientras Edward no paraba de reírse de mi y de mi aspecto.-¿Diga?-dije respondiendo a la llamada.-¡Papa!Lo siento, no me había acordado, en seguida voy para casa, no te muevas, no tardo nada.-colgué y cogí a toda prisa mi ropa para vestirme.- Vas a tener suerte, hoy te toca a ti conocer a mi padre.-dije sonriendo-¿Te dije que era jefe de policía, no?

En ese momento Edward se estaba poniendo el boxer y se tapo sus partes con cara de verdadera pánico. Me reí de su cara y ambos nos vestimos rápidamente para irnos a casa.

-¡Papa!-.le dije abrazando nada más verlo en el sofá del piso.- ¿Qué tal estas?-Bastante bien-.dijo después de darme un abrazo y volver a sentarme.- Alimentándome como puedo, ya sabes que tus comidas son geniales.Le sonreí y vi que miraba de reojo a Edward que se había quedado detrás de mi, rezagado.-Lo siento por no acordarme, estaba ensayando con Edward.-me callé y lo cogí de la mano.- Te lo presento. Edward, este es mi padre, Charlie. Papa, él es mi...mi novio.-dije cerrando los ojos esperando la represalia de mi padre.-¿Tu novio?.-dijo preguntando a la vez que le daba la mano.- ¿Y esto desde cuando es?¿Y de que lo conoces?.-dijo empezando con el tercer grado de interrogatorio.- Tu, chico, ¿cuántos años tienes?-Papa, papa....-dije parándole.- ¡Papa para!Lo conozco desde el primer día que llegue a la academia, esta conmigo en clase, llevamos cerca de un mes y tiene 20 años. ¿Algo más señor jefe de policía?.- me miro mal y me contestó.-No. Espero que la cuides, es una niña que se lo merece.-me sonroje cuando Edward me agarró y contestó a mi padre.-La voy a cuidar como si fuera mi propia vida, porque simplemente lo es.-Bella, ¿sabes quién te envía saludos?.-dijo mi padre.
-Lo supongo , ¿Jake?.-dije viendo la cara que ponía de celos Edward y no tenía derecho, porque simplemente era un gran amigo y bueno, también ex...pero eso no era el tema, él me tendría que explicar su historia con Tanya.-Esta buscando trabajo, ¿no sabrás de nadie que necesite un chico como él para un buen trabajo?-Pues mire, jefe Swan, el sábado mi madre tiene pensado hacerme una fiesta para mi 20 cumpleaños, y la verdad, necesitaríamos algunos camareros y él podría trabajar allí.-Si, no estaría mal.- dijo mi padre.- Bueno, yo me voy a ir yendo y me paso por la Push para hablar con Jacob y con Billy.-Jefe Swan, espero que usted también venga a mi fiesta.-dijo Edward, mientras yo me perdía con aquello que decía. No me había dicho nada.Mi padre se fue al poco rato, tras decirnos que avisaría a Jacob y que vendría días antes para hablar con Edward.Cuando se fue y cerré la puerta, me giré, pues los brazos en forma de cuenco y vi la sonrisa de suficiencia de Edward.-¿Cuándo tenias pensado decirme lo de esa famosa fiesta?.-dije muy sería sin moverme de mi sitio.- Me parece muy fuerte que me mientas y no me digas la verdad.-dije muy irritada.- No pongas esa cara de cerdo degollado porque no te creo.-Vamos Bella, tampoco es para tanto, se me había pasado, no lo considero importante.-dijo con gesto de indiferencía.-¿No consideras importante tu 20 cumpleaños?.-dije sin poder aguantar el grito que pegue.-Me parece muy fuerte Edward.
-Bella, ¿a que viene esto?¿Qué te pasa?.-dijo Edward acercándose a mi.- No entiendo tu enfado.-¡Pues pasa que me parece muy fuerte que no me digas nada sobre tu cumpleaños! ¡Esta a una semana y no me ibas a decir nada!.-dije muy seria.- Se supone que soy muy importante para ti, y no me dices nada de tu vida, me he tenido que enterar por boca de tu madre que esa tal Tanya que conocí en el club, fue tu ex novia-dije muy seria gritándole.-¿Qué te dijo mi madre?.-dijo Edward enfadado.- Si no te conté nada de Tanya, es porque simplemente es una amiga, que en un pasado si fue algo, pero lo dejo de ser, no es nada y además, porque hablas tanto, ¿qué me dices tu de ese tal Jacob? ¿Sólo es un amigo de la familia?-¡Es mi mejor amigo! Y si, estuvimos juntos, pero yo tenia 16 años y el 15, no fue nada.-¡No tienes derecho a reprocharme nada con el tema de Tanya!¡Tu has hecho lo mismo con ese tal Jacob!¿Te he montado algún numerito?.-me dijo cuando estaba con la mano en el pomo de la puerta de la calle.- No, pues ya esta. Punto. Y si no te he contado lo de mi cumpleaños, era porque Esme te quería dar una sorpresa y yo también y ya le había pedido ayuda a Alice.Eso fue lo último que dijo antes de dar un portazo al salir de casa.
Yo me encerré el resto del día en mi cuarto, menos mal que Alice se había ido a pasar el día con la familia de Jasper, si no la tendría todo el día encima reprochándome todo lo que le había dicho a Edward y diciéndome que no tenía razón, en relación con el cumpleaños y con mi ataque de celos, que el también podría haber tenido con Jacob y no dijo nada, ni me pregunto.Me había comportado como una egoísta y Edward se había enfadado realmente conmigo.
continuara....

12/10/09

Capítulo 14.-Propuesta Capítulo 15.-Lluvia de estrellas

ADVERTENCIA: esta novela no es mia,, yo nola escribi ok,, aki no hay nada de vampiros licantropos ni nada de eso,, todos son humanosy lo mas importante tiene algunas partes puessubidas de tono XD asi ke ustedes saben si la leen o no ok bueno espero ke les guste


Capítulo 14.-Propuesta
Y allí estaba yo, haciendo disfrutar a Edward con mi boca. Tenia esta en su miembro, haciendo que Edward gimiera y apretase las sabanas de la cama son sus manos. Sabía que le estaba gustando y aquello me calentó a mi, cosa que él percibió, ya que me apartó de él. Continuo tumbado, pero me coloco de tal forma, que me quede sentada, con mi sexo expuesto, encima de su cara. Aquel gesto me encanto y más cuando note su lengua por todo mi sexo húmedo y palpitante.No aguante mucho más así que me aparte y me senté encima de él y de su sexo. Gimió y dijo mi nombre con verdadero sonido de placer. Veía su cara y me encanta ver como le hacia disfrutar. Note que a ninguno de los dos nos quedaba mucho, pero antes de eso, Edward me cogió y me giro, quedando yo debajo y el arriba, embistiendo fuertemente y cada vez más rápido. Sus gemidos quedaban en el hueco de mi garganta y los míos más que gemidos eran gritos. Seguro que Alice y Jasper ya no estarían en casa.Finalmente Edward cogió, hincando sus uñas en mi cadera, y dio su última embestida con un grito, seguido del mio final. Se aparto de encima de mi y acabamos los dos tumbados boca arriba, intentando controlar nuestra respiración, pulsación y todo nuestro ser. Después me salió una sonrisa al pensar en que había hecho caer en mis redes de seducción a Edward.-¿De qué te ríes?-me dijo Edward después de deshacer completamente la cama y echarnos el nórdico por encima. Se quedo abrazado a mi y yo con mi cabeza en su pecho.-De que te tenías que ir pronto.-mire el reloj y ya marcaban las once de la noche.- Y mira que hora es.-Es que tienes unos encantos que me hacen perder la cordura.-me dio un beso fugaz.- Pero ya que estoy, voy a llamar a mi madre y le voy a decir que me quedo contigo.- se apretó más a mi.- Y paso contigo la noche.Me reí y le dije que si, que me encantaba la idea, pero no prometía solo dormir. Pero me recordó que Alica y Jasper también tenían que dormir.-¿Te puedo hacer una pregunta?.-le dije cuando volvió del baño y ambos nos vestimos, yo con mi pijama y él con sus boxers.-Claro, todas las que quieras.-me dio un beso-¿Qué era eso de problemas de chicos?Empezó a reírse sin cortarse un pelo, hasta que se dio cuenta de que yo le estaba mirando con cara seria.-Vale, vale.- se levanto y apoyo su codo en la cama, mirándome.- A ver, como te lo digo.-se volvió a reír y se cara cambió a color sonrojado.- Hace algún tiempo que no tenia sexo con nadie y bueno...empece a sentir dolores en mis partes.-dijo escondiendo la cabeza.- Sobre todo en los dos pares de abajo, fui a mi madre al médico y me dijo que solo era por la razón que yo tenía. Falta de sexoAhora la que empezó a reírse fui yo, pero me besó y me olvide de todo, solo me rendí ante su beso.-¿Y ya no te duele?.-dije mientras le acariciaba aquello que había nombrado.Me negó con la cabeza, mientras sonreía.Ahí zanjamos el tema, estuvimos jugando un rato más hasta que quedamos dormidos uno en los brazos del otro.Al día siguiente, la noticia de que Edward y yo estábamos juntos corrió por toda la academia más rápido que la velocidad de la luz. Su prima Rosalie vino a felicitarme por haber conseguido lo que no había hecho una chica nunca. Ese día, nos sentamos los cuatro juntos y me estuvo contando cosas sobre Edward, mientras el escuchaba e intentaba que Rosalie no le pusiera por los suelos. Me contó que era bastante mujeriego, pero que dejo esa vida, porque se cansó y quería encontrar a alguien que de verdad le importara. Aquello hizo que me pusiera sonrojada y más cuando después, mientras Edward y yo bailábamos, me confesó que yo era esa persona importante que quería conseguir.-Te quiero.-me dijo cuando terminamos de bailar, en el suelo, susurrándome al oído.Le sonreí y me miro, le dije te quiero, sin hacer sonido alguno con los labios, solo le permití que los leyera. Me dio un beso, compartiendo nuestra sonrisa.Pasado un tiempo, Edward y yo estábamos muy bien juntos, más que bien. Y un viernes, me dio una sorpresa que me deje clavada en el asiento del copiloto.-¿Te apetece venir este fin de semana a casa?.-me dijo cuando salíamos de la academia abrazados y él agarrándome para que no me cayera por el hielo que había en la calle.-¡Sí!.-dije saltando y gracias a que estaba agarrada de Edward que no me caí.- Y así bailamos en tu sala de baile.-No.-dijo cuando subíamos al coche.-Es para conocer a mis padres



Capítulo 15.-Lluvia de estrellas
Y ahí estaba yo, en el garaje de su coche, convenciéndome para que me calmara y además, ese día me había levantado con el pie izquierdo y nada más ver a Edward, que por cierto,
iba demasiado apetecible, y me había tropezado con mis propios pies, que Alice le había puesto unos tacones dolorosos y que atentaba contra mi equilibrio. Después, además de por mis nervios, cogí los discos de Edward del coche y me puse a mirarlos, sin darme cuenta que al pasar tan rápido las paginas del portacd's estaba tirándolos al suelo. No se enfado conmigo pero vi que ponía una cara de pánico, ya que ahora tendría que volver a poner toda la música en orden de preferencia. -Bella, por favor, tranquilizate.-me dijo cuando me quede sentada en el coche y él vino a mi parte a ayudarme a salir del coche.- No son unos reyes ni nada, son más normales de lo que tu te crees a pesar de tanta extravagancia.-¿Pero y si no les caigo bien?-dije atropelladamente.- Seguro que ellos prefieren a alguien como tu prima y alguna de las hijas de sus amigos.-¿Tu estas tontas?.-me dijo acariciándome las piernas, que llevaba descubiertas debido a que Alice había elegido un vestido para que llevara a la gran cita.- Vamos anda, que estas preciosa.Me cogió y me levanto del coche y entramos en su casa, por la puerta que no entramos el otro día y me llevo agarrada por la cintura. Antes de llegar al salón, donde se oía bastante jaleo, me frene en seco frente a un espejo. Me quite la chaqueta y allí estaba yo, con el vestido que Alice había elegido para mi.
Era de escote palabra de honor, ajustado hasta la cintura y de ahí, iba hasta la rodilla suelto, era así como con mucho vuelo, de color azul, que se que le gustaba a Edward. Además llevaba unos zapatos peep toes del mismo color que el vestido.Cuando Edward arrastró de mi, no se dio cuenta de que yo perdí mi equilibrio y tuve que agarrarme fuertemente de él, y sin darme cuenta que nos habíamos quedado muy pegados delante de toda la familia.-Hola a todos.-dijo Edward con toda la naturalidad del mundo. Entro en el comedor y yo fui detrás, agarrado de su mano.- Mama, papa, tito, tía.-los saludo a todos con la mano.- Esta es Bella.-Hola-dije dando un paso delante y tambaleándome, pero logrando mantener la postura.-Bella, esta es mi madre, Esme.-se levanto y se acercó a mi, muy feliz.-Encantada de conocerte, no sabes que pesado se ha vuelto Edward.-¡Mama!.-dijo avergonzado y aquello me gusto.-Pero tiene toda la razón del mundo. Eres muy guapa y es normal que le hayas robado el corazón.Esme era una madre, como su hijo, increíblemente perfecta. Se le veía bastante joven y se mantenía muy bien. Un buen cuerpo y una buena cara. Una cabellera castaña oscura con rizos que le caían por los hombros.-Encantado Bella, soy el doctor Cullen, pero para ti solo Carlisle.-dijo dándome la mano.Otro que tal, tenia una cabellera rubia y también se mantenía muy bien.
Edward no había sacado los ojos de ninguno de los dos, pero si tenía los mismos ojos que su tío que me presento después y también a su tía. Eran los padres de Rosalie y ella era exactamente igual a su madre.-¿No han venido Rosalie y Emmett?.-dijo Edward cuando íbamos dirección las escaleras para subir a su piso.-Si claro.-dijo su madre sonriendo.- Estarán arriba, en tu cuarto. Como siempre poniendo todo patas arribas. Después recogesSubimos corriendo las escaleras y Edward me cogió al vuelo, como un bebé riéndose de mi torpeza con los tacones. Cuando llegamos al final del pasillo, Edward me soltó para subir a su piso, en el que se oía un gran jaleo de coches y música.-¿Qué es eso?Cuando subimos, vi que delante de la cama de Edward había una gran pantalla de plasma y Emmett estaba saltando encima de la cama con un mando de videoconsola jugando como un loco a un juego de coches. Mientras Rosalie estaba sentada en su escritorio con el ordenador-¡¿PORQUÉ?!-dijo Edward dramatizando en el suelo.- ¿Porque, Dios mio, me diste esta prima y este cateto como amigos?Emmett le tiro un cojín a la cabeza, mientras Rosalie sonreía-Como se nota que tienes una prima actriz.-Si, no como yo.-dije sentándome en la cama y quitándome los zapatos. Eche hacía atras el culo y me quede sentada en la cama de Edward apoyando la espalda al cabecero. Mientras Edward me mandaba un beso volado y cogía otro mando para jugar.
Aquella prometía ser una tarde aburrida, pero de la noche no pude decir lo mismo.Cuando por fin Rosalie arrastró a Emmett de la habitación, Edward me dijo que tenia una sorpresa para mi. Cogió un mando y con él, oculto la televisión bajo su cama.-Estas tu muy mimado.-le dije seriamente.- Arrogante.-¿Ahora vuelvo a ser arrogante?.-me dijo cogiendo una cuerda del techo, estirando de ella y haciendo que salieran una escaleras hasta el suelo.- Ya te enseñare el coche que quieres ver. ¿Me acompañas?Estaba en el primer escalón de esas escaleras y me tendía la mano, que cogí con mucho gusto. No me puse los zapatos ya que no quería romper ese momento, pero fue inevitable, cuando me dí un cabeza contra el techo.Una vez que estaba arriba, aquello era precioso. Era una buhardilla de verdad, todo de madera, precioso y además tenia una amplia ventana, donde se veía todo el cielo, oscuro y estrellado-Es precioso Edward.-le dije a Edward que se había desaparecido un momento y volvió con dos copas de cava.-Aquí lo bello eres tu.- me dijo brindando.- Espero a que estés dispuesta a pasar una noche romántica.Por supuesto, pensé y más cuando vi que en el suelo, Edward tenia una manta, una botella de cava y un pequeño pic-nic en su buhardilla. Cada día me enamoraba más.Nos sentamos en la manta, de tal forma que yo quedaba entre las piernas de Edward, los dos mirando el cielo.
-¿Sabes que hoy hay lluvia de estrellas? Menos mal que no esta nublado.-dijo mientras me daba una fresa con nata.- Si no, no habríamos visto nada.A medida que pasaba la noche, el cielo se iba llenando de estrellas fugaces y los dos peleábamos con quién la había visto primero. Estuvimos así, hasta que nos quedamos completamente tumbados, yo apoyando mi cabeza en su pecho, nos quedamos en silencio y yo me deje llevar a los brazos de Morfeo.
continuara...